Las víctimas de abusos del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), una organización religiosa peruana, han alzado su voz en un llamado urgente al nuevo Papa, León XIV, para que se les brinde una audiencia y se ponga fin a años de sufrimiento. En una emotiva conferencia de prensa celebrada en Lima, los afectados, que han sufrido abusos físicos, psicológicos, sexuales y económicos, se unieron para exigir respuestas y justicia. Esta situación se ha vuelto aún más crítica tras la reciente disolución del Sodalicio por parte del Papa Francisco, quien tomó esta decisión después de años de denuncias sobre el comportamiento abusivo de la organización.
La disolución del Sodalicio ha sido un paso significativo, pero las víctimas sienten que la lucha aún no ha terminado. José Enrique Escardó, uno de los representantes de los afectados, expresó su frustración por la falta de información sobre el proceso de disolución y los decretos que la respaldan. “No tenemos nada de información. Estamos exigiendo a la Iglesia católica, a través del Papa León XIV, que se nos brinde información porque nosotros tenemos que hacer un seguimiento de este proceso con las víctimas al centro”, declaró Escardó. Esta falta de comunicación ha llevado a los afectados a sentir que la Iglesia se convierte en cómplice de los abusos al permanecer en silencio.
### La Lucha por la Verdad y la Reparación
Las víctimas no solo buscan justicia por los abusos sufridos, sino que también exigen una reparación integral que incluya compensaciones morales y económicas. Durante la conferencia, Escardó y otros representantes de las víctimas enfatizaron que el silencio de la Iglesia no es aceptable. “Es increíble que las víctimas no sepamos nada de lo que está haciendo la Iglesia. Ese silencio vuelve a la Iglesia cómplice. Y no podemos seguir con esa actitud”, afirmó Escardó.
Marcelino Ynga, un representante de los campesinos de Catacaos, también se unió a la demanda de justicia. Relató cómo la Asociación Civil San Juan, vinculada al Sodalicio y al Arzobispado de Piura, intentó despojar a su comunidad de miles de hectáreas de tierras. “Desde acá le pedimos en nombre de toda mi comunidad que nos dé una oportunidad, el padre León XIV, para tener una entrevista con él y contarle el dolor del campesino y cómo hemos sido atropellados por esta organización”, expresó Ynga, visiblemente emocionado.
La esperanza de las víctimas radica en que León XIV, quien fue obispo en Chiclayo y tiene conocimiento de los casos, pueda ayudar a cerrar este capítulo oscuro de la historia del Sodalicio. Escardó mencionó que tiene la esperanza de que el nuevo Papa los reciba y continúe con el proceso de justicia que ya inició Francisco. “Le pedimos esa audiencia para dejar un presente a nuestros hijos, que no se vuelva a cometer otros abusos con los más pobres”, añadió Ynga.
### El Contexto de la Disolución del Sodalicio
La disolución del Sodalicio de Vida Cristiana por parte del Papa Francisco se produjo tras una serie de investigaciones que revelaron un patrón de abusos y encubrimientos dentro de la organización. Este grupo religioso, que ha sido objeto de múltiples denuncias, ha sido acusado de operar como una secta, imponiendo obediencia y castidad a sus miembros, mientras que sus líderes se beneficiaban económicamente de la situación.
La decisión del Papa de suprimir el Sodalicio fue recibida con alivio por las víctimas, quienes ven en este acto un reconocimiento de los abusos sufridos. Sin embargo, la falta de información sobre los detalles de la disolución y los pasos a seguir ha dejado a muchos en un estado de incertidumbre. Las víctimas han solicitado que se haga pública la información sobre el carácter sectario y abusivo de la institución, así como los encubrimientos sistemáticos que han permitido que estos abusos continúen durante años.
El papel de monseñor Jordi Bertomeu como comisario pontificio para la liquidación del Sodalicio también ha sido un punto de discusión. Las víctimas esperan que su labor sea respaldada por la Iglesia y que se tomen medidas concretas para garantizar que no se repitan estos abusos en el futuro. La situación actual ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad por parte de la Iglesia católica en su conjunto.
Las víctimas del Sodalicio y los campesinos de Catacaos continúan su lucha por justicia, esperando que el nuevo Papa escuche sus demandas y actúe en consecuencia. La historia del Sodalicio es un recordatorio de los peligros del abuso de poder y la importancia de la rendición de cuentas en todas las instituciones, especialmente aquellas que operan bajo la protección de la fe y la religión.