La economía mundial enfrenta un panorama incierto, marcado por la reciente revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este ajuste afecta a diversas naciones, incluida España, que se ve impactada por las tensiones comerciales impulsadas por la administración estadounidense. En este contexto, es crucial analizar cómo estas dinámicas globales influyen en el crecimiento económico de España y otros países.
### Revisión de las Proyecciones de Crecimiento
La OCDE ha ajustado sus expectativas de crecimiento global, reduciendo en cuatro décimas su previsión para 2025 y 2026, situándola en un 2,9% para ambos años. En el caso de España, la corrección es más moderada, con una disminución de dos décimas, proyectando un crecimiento del 2,4% en 2025 y del 1,9% en 2026. Estas cifras son un reflejo de la situación económica actual, que se ha visto afectada por la guerra arancelaria iniciada por el expresidente Donald Trump, que ha tenido repercusiones en el comercio internacional.
A pesar de esta revisión, España sigue mostrando un crecimiento económico relativamente sólido en comparación con otras economías de la eurozona y Estados Unidos. La OCDE destaca que la economía española se apoya en una demanda interna robusta, un consumo dinámico y un mercado laboral que ha mostrado signos de mejora, con una reducción del desempleo proyectada del 11,3% en 2024 al 10,1% en 2026. Además, la inflación se mantiene controlada, lo que contribuye a la estabilidad económica del país.
Sin embargo, el comercio exterior se presenta como un factor de riesgo, ya que se espera que reste tres décimas al PIB en 2025 debido a la desaceleración de las exportaciones y el aumento de las importaciones. Este impacto se debe en parte a los aranceles impuestos por Estados Unidos, que aunque afectan a un porcentaje relativamente pequeño del PIB español, generan incertidumbre en el mercado.
### Comparativa Internacional: España, Estados Unidos y Otros Países
El crecimiento de la economía española se proyecta superior al de la eurozona, que se estima en un 1% en 2025 y un 1,2% en 2026. Asimismo, Estados Unidos enfrentará un crecimiento más lento, con proyecciones de 1,6% en 2025 y 1,5% en 2026, debido a las políticas proteccionistas que han generado un efecto boomerang en su propia economía. Esta situación también afecta a sus socios comerciales más cercanos, como México y Canadá, que experimentarán un estancamiento en su crecimiento económico, con cifras de 0,4% y 1,1% respectivamente para los años mencionados.
Por otro lado, China, a pesar de ser uno de los principales objetivos de los aranceles estadounidenses, mantiene sus expectativas de crecimiento en un 4,7% para 2025, lo que refleja la resiliencia de su economía frente a las tensiones comerciales. Esto se debe a que las exportaciones a Estados Unidos representan una fracción menor de su PIB, lo que le permite mitigar el impacto de las políticas arancelarias.
En Europa, el impacto de la guerra comercial es desigual. Países como Alemania y los del norte de Europa, que dependen en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, se verán más afectados que naciones como Francia o España. En conjunto, la eurozona enfrenta un crecimiento más lento, lo que plantea desafíos adicionales para la recuperación económica en la región.
La OCDE también ha señalado la importancia de que España continúe con su proceso de consolidación fiscal para cumplir con las normativas europeas y abordar desafíos como el envejecimiento de la población y la transición ecológica. Se prevé que el déficit público se reduzca del 3,2% del PIB en 2024 al 2,3% en 2026, gracias a un aumento en los ingresos por la creación de empleo y medidas fiscales. Esto podría resultar en una disminución de la deuda pública por debajo del 100% del PIB, una meta significativa para la economía española.
En resumen, el panorama económico global está marcado por la incertidumbre y las tensiones comerciales, que afectan de manera diferente a cada país. España, aunque enfrenta desafíos, muestra signos de crecimiento y estabilidad en comparación con otras economías, lo que sugiere que, a pesar de las adversidades, puede mantener un rumbo positivo en los próximos años.