La economía española se encuentra en un momento de crecimiento sostenido, superando las expectativas iniciales y mostrando señales de fortaleza en varios sectores. Recientemente, el Panel de Funcas ha elevado su previsión de crecimiento para el año 2025, situándola en un 2,6%. Este ajuste se basa en datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE), que indican que el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,7% en el segundo trimestre del año, superando en dos décimas las estimaciones previas de los analistas. Este optimismo se refleja en la unanimidad de los panelistas, quienes han revisado al alza sus previsiones, lo que sugiere una tendencia expansiva sólida en la economía nacional.
El Gobierno también se alista para revisar sus propias proyecciones, con el presidente Pedro Sánchez confirmando que se anunciarán ajustes al alza en las previsiones económicas. En términos de composición del crecimiento, se espera que la demanda nacional aporte 2,9 puntos porcentuales al crecimiento, lo que representa un aumento de cuatro décimas respecto a las previsiones anteriores. Sin embargo, el sector exterior se espera que reste tres décimas al crecimiento, aunque esta cifra es una mejora respecto a las estimaciones anteriores que preveían una reducción de -0,1 puntos porcentuales.
### Evolución de la Inflación y el Mercado Laboral
En cuanto a la inflación, los panelistas anticipan que el índice general se mantendrá en los niveles registrados durante los meses de julio y agosto, con una moderación esperada hacia finales de año. Se prevé que la inflación cierre diciembre en un 2,3%, con una tasa media anual de 2,5% para 2025. Para el año 2026, las proyecciones se mantienen en un 2,0% para la inflación general y un 2,1% para la subyacente. Esta estabilidad en las tasas de inflación es crucial, ya que se alinea con los objetivos establecidos por el Banco Central Europeo (BCE).
El mercado laboral también muestra signos de mejora, con un crecimiento interanual del empleo proyectado en un 2,3% para este año, lo que representa un aumento de tres décimas respecto a las estimaciones anteriores. Para 2026, se espera un crecimiento del 1,6% en el empleo. La tasa de desempleo, por su parte, se situaría en un 10,6% este año y descendería a un 10,2% en 2026, lo que indica una continua reducción del desempleo en el contexto de la recuperación post-pandemia.
### Desafíos Fiscales y Monetarios
En el ámbito fiscal, las proyecciones indican que el déficit público se reducirá al 2,8% del PIB este año y al 2,7% el próximo, manteniendo la estabilidad en las políticas de consolidación presupuestaria del Gobierno. Esta estabilidad es esencial para asegurar la sostenibilidad fiscal en el futuro, especialmente en un contexto donde la economía global enfrenta incertidumbres.
En cuanto a las perspectivas monetarias, el control de la inflación en la zona euro y la resiliencia de la economía española podrían facilitar un recorte adicional de tipos por parte del BCE, que se espera que baje hasta el 1,75%. Sin embargo, los mercados ya han descontado estos ajustes monetarios, y se prevé que el Euribor a un año apenas descienda desde el rango actual del 2,0%-2,1% hasta el 1,9% a finales de 2026. A pesar de esta moderación, la política monetaria seguirá siendo restrictiva en términos reales, lo que podría limitar el impulso crediticio en los próximos trimestres.
En este contexto, los costes laborales en Andalucía han alcanzado un récord de 2.908 euros por trabajador y mes, lo que plantea un desafío adicional para las empresas en la región. La presión sobre los costes laborales podría afectar la competitividad de las empresas andaluzas, especialmente en un entorno donde la guerra por el talento se intensifica. Las empresas deben adaptarse a estas condiciones cambiantes para atraer y retener a los mejores profesionales.
La economía española, aunque muestra signos de crecimiento y recuperación, enfrenta varios desafíos que requieren atención. La evolución de la inflación, el mercado laboral y las políticas fiscales y monetarias serán factores clave que determinarán la trayectoria económica en los próximos años. Las empresas y los trabajadores deben estar preparados para navegar en este entorno dinámico y en constante cambio, buscando oportunidades de crecimiento y adaptación a las nuevas realidades del mercado.