La empresa agroalimentaria andaluza Migasa ha cerrado el ejercicio de 2024 con una facturación de 2.000,4 millones de euros, lo que representa un aumento del 16% en comparación con los 1.724 millones del año anterior. Este crecimiento se atribuye a un ligero incremento en el volumen de productos comercializados y a la influencia del contexto inflacionario que ha afectado los precios. La compañía, con sede en Dos Hermanas (Sevilla) y presidida por Diego Gallego, ha destacado que, a pesar de un entorno complejo marcado por la sequía y la inflación, ha logrado mantener un crecimiento sostenido gracias a su estrategia de diversificación y a su fuerte presencia en el mercado internacional.
### Diversificación y Sostenibilidad en la Producción
Migasa ha ampliado su cartera de productos más allá del aceite de oliva, incluyendo aceites de girasol, orujo de oliva, mayonesas, salsas, vinagres, aceitunas y conservas vegetales. Además, la empresa ha hecho hincapié en su compromiso con la economía circular, comercializando subproductos del aceite que contribuyen a la sostenibilidad. Entre estos subproductos se encuentran pellets obtenidos de los huesos de aceituna, que se utilizan como combustible, y harinas que pueden ser empleadas en la alimentación animal o en la industria cosmética y farmacéutica.
La empresa ha implementado prácticas que le han permitido obtener el sello de Residuos a Recursos: Zero a vertedero, que certifica que más del 95% de sus residuos se reintegran en la industria como materias primas secundarias. Este enfoque no solo mejora la sostenibilidad de sus operaciones, sino que también refuerza su imagen como líder en responsabilidad ambiental dentro del sector agroalimentario.
### Estrategia de Internacionalización y Crecimiento Global
Uno de los factores clave en el crecimiento de Migasa ha sido su estrategia de internacionalización, que ha estado en marcha durante casi 60 años. Actualmente, alrededor del 55% de su negocio proviene de mercados internacionales, con presencia en 120 países de cinco continentes. Esta expansión le ha permitido a la empresa aprovechar nuevas oportunidades en un mercado global cada vez más competitivo, donde los aceites españoles son altamente valorados.
La compañía ha destacado que el crecimiento orgánico de sus empresas, junto con una política activa de alianzas y joint-ventures, ha sido fundamental para su éxito. Migasa ha incorporado nuevas marcas a su portafolio y ha establecido alianzas estratégicas con otras empresas familiares y cooperativas, lo que ha contribuido a su crecimiento en los últimos años. La empresa ha manifestado su intención de seguir reforzando su crecimiento inorgánico, buscando uniones con otras empresas del sector agroalimentario que compartan su modelo de negocio.
Migasa, fundada en la década de 1940 por Miguel Gallego Núñez, se ha consolidado como la primera empresa agroalimentaria de Andalucía en términos de volumen de exportación. Su éxito se debe no solo a su amplia gama de productos, sino también a su capacidad para adaptarse a las demandas del mercado y a su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social. Con una plantilla de más de 1.500 empleados y 19 fábricas distribuidas por la península ibérica, la compañía continúa siendo un referente en el sector agroalimentario, no solo en Andalucía, sino a nivel global.
La empresa también ha realizado esfuerzos significativos para poner en valor la tradición del cultivo del olivar, garantizando un precio justo para los agricultores a través de iniciativas como el proyecto de sello ‘Olivar Tradicional’. Este proyecto, desarrollado en colaboración con la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) y LIDL, busca promover prácticas sostenibles y tradicionales en el cultivo del olivar, asegurando que los consumidores valoren la calidad y la historia detrás de los productos que adquieren.
En resumen, Migasa se presenta como un ejemplo de cómo la diversificación, la sostenibilidad y la internacionalización pueden contribuir al éxito de una empresa en el competitivo sector agroalimentario. Su enfoque en la economía circular y su compromiso con la tradición agrícola son elementos que no solo benefician a la empresa, sino que también tienen un impacto positivo en la comunidad y el medio ambiente.