La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha anunciado un proyecto significativo para mejorar la seguridad de los embalses del Renegado y del Infierno en Ceuta. Este plan, que contempla una inversión de 226.000 euros, busca abordar el deterioro de los sistemas de control y alerta de estas infraestructuras, que son vitales para la gestión del agua en la región.
La seguridad de las presas es una prioridad para las confederaciones hidrográficas, y en el caso de Ceuta, la CHG ha identificado la necesidad de modernizar los sistemas de auscultación que permiten monitorear el estado de estas estructuras. Según la documentación de la CHG, las presas de Ceuta han sufrido un deterioro considerable en sus sistemas de control, lo que ha llevado a una falta de información sobre su comportamiento y, por ende, a un aumento en los riesgos de seguridad.
El proyecto de mejora incluye la instalación y reparación de sistemas de auscultación que cumplen con la normativa vigente de seguridad de presas. Esto implica la implementación de tecnologías modernas que permitan un monitoreo más efectivo y en tiempo real de las condiciones de las presas. La duración estimada de las obras es de seis meses, una vez que se adjudique el contrato, y las empresas interesadas tienen hasta el 22 de abril para presentar sus ofertas.
La situación actual de los embalses es preocupante. El informe de la CHG revela que la presa del Infierno, que originalmente contaba con un sistema de auscultación básico, carecía de elementos cruciales como sismógrafos y estaciones meteorológicas. Aunque se han realizado algunas mejoras desde julio de 2022, el sistema aún no es suficiente para garantizar la seguridad de la estructura. Por su parte, la presa del Renegado también presenta deficiencias, ya que los puntos de medición de control topográfico instalados en su construcción han quedado inoperativos con el tiempo.
El nuevo proyecto busca subsanar estas carencias mediante la instalación de un sistema de auscultación más completo. Esto incluirá el control del nivel del embalse, el monitoreo de movimientos en la coronación de la presa, así como la vigilancia de vibraciones y otros parámetros críticos. La CHG se basa en recomendaciones de informes anuales de auscultación y en análisis de seguridad realizados en años anteriores para definir las obras necesarias.
En términos de capacidad, el embalse del Infierno se encuentra actualmente al 56% de su capacidad total, lo que equivale a 0,3 hectómetros cúbicos de agua, mientras que el embalse del Renegado está al 58,8%, almacenando 0,995 hectómetros cúbicos. Ambas presas son fundamentales para la regulación de las aguas invernales y actúan como reservas de seguridad para el abastecimiento de agua en Ceuta, además de regular las avenidas del arroyo de las Bombas.
El Estado es el titular de estas infraestructuras, pero la gestión de su explotación recae en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. La modernización de los sistemas de control no solo es una cuestión de cumplimiento normativo, sino que también es esencial para garantizar la seguridad de la población y la sostenibilidad del recurso hídrico en la región.
La mejora de la seguridad de los embalses de Ceuta es un paso importante hacia la modernización de la infraestructura hídrica de la ciudad. Con la implementación de estos nuevos sistemas de control, se espera que se reduzcan los riesgos asociados a la operación de las presas y se mejore la capacidad de respuesta ante posibles incidentes. La inversión en tecnología y en la mejora de la infraestructura es fundamental para asegurar un suministro de agua seguro y eficiente para los ciudadanos de Ceuta.