La Semana Santa en Córdoba es un evento que trasciende lo religioso, convirtiéndose en una manifestación cultural y social que refleja la identidad de cada uno de sus pueblos. El Viernes Santo, en particular, es un día que destaca por su diversidad y singularidad, donde cada localidad aporta su propio matiz a la celebración de la Pasión y Muerte de Cristo. A continuación, exploraremos cómo se vive esta jornada en diferentes rincones de la provincia, desde Lucena hasta Baena, pasando por Montilla y Priego, entre otros.
### Tradiciones y Emociones en Lucena y Puente Genil
En Lucena, el Viernes Santo comienza con una intensa actividad desde las primeras horas de la mañana. A las 6:00, los hermanos de la Hermandad de Tambores se congregan en el Llanete de Nuestro Padre Jesús, donde el canto del miserere y el aroma a pebete marcan el inicio de una jornada llena de fervor. La procesión, encabezada por la cuadrilla de Manolo Moreno, lleva al Señor de Lucena a recorrer las calles, iluminado por las velas de los devotos. Las saetas, interpretadas por artistas locales, añaden un toque emotivo a la celebración, mientras que la imagen de Jesús Nazareno es acompañada por figuras bíblicas que enriquecen la narrativa de la Pasión.
Por otro lado, en Puente Genil, la madrugada del Jueves al Viernes Santo es un momento cumbre. La interpretación de la Diana a Nuestro Padre Jesús Nazareno congrega a miles de personas en la Plaza del Calvario. La representación de la Sentencia y el paso de “El Terrible” son momentos destacados que muestran la devoción de los pontanenses. La noche se convierte en un espectáculo visual y sonoro, donde la cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y otras hermandades deslumbran con sus pasos procesionales, llenos de simbolismo y tradición.
### La Pasión en Cabra, Montilla y Priego
Cabra, otro de los pueblos emblemáticos de Córdoba, inicia su Viernes Santo con la salida del Cristo del Socorro a la 1:00 desde la parroquia de Santo Domingo. A lo largo del día, las imágenes de Jesús de la Humildad y Paciencia, así como el Nazareno y el Mayor Dolor, se convierten en protagonistas de un recorrido que culmina con la llegada del Santo Sepulcro. La atmósfera de recogimiento y devoción se siente en cada esquina, mientras los vecinos se agrupan para rendir homenaje a sus imágenes sagradas.
Montilla, por su parte, vive un Viernes Santo que comienza con la salida del Santísimo Cristo de la Misericordia, acompañado por una multitud de penitentes. La procesión, que se inicia a las 9:00, es un reflejo de la historia de la localidad, con la imagen de Jesús Rescatado y la Centuria Romana Munda marcando el paso del cortejo. La tarde se llena de solemnidad con la salida de la Hermandad del Sagrado Descendimiento, que este año presenta nuevos candelabros y un faldón bordado, añadiendo un toque de frescura a la tradición.
En Priego, el fervor por Nuestro Padre Jesús Nazareno es palpable. Desde su salida a las 10:20, la imagen atrae la atención de miles de fieles que se congregan para presenciar su recorrido. La bendición impartida en el Calvario es uno de los momentos más esperados, donde los devotos se reúnen para compartir su fe y tradiciones. La cofradía de la Soledad también destaca en la jornada, con un cortejo que incluye estrenos en su vestimenta, mostrando la evolución de la tradición cofrade en la localidad.
### La Noche de Baena y Pozoblanco
Baena, con su rica historia cofrade, inicia su Viernes Santo a las 6:00 con la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. La procesión, que se caracteriza por su profundo fervor popular, incluye momentos emotivos como el Sermón de la Pasión en la Plaza de la Constitución. La noche se tiñe de luto con la solemne procesión del Santo Entierro, donde la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús y otras cofradías rinden homenaje a la figura de Cristo en un ambiente de recogimiento y respeto.
En Pozoblanco, la Madrugá del Viernes Santo es un evento imperdible. La salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno, acompañado por la Virgen de los Dolores, marca el inicio de una jornada llena de simbolismo. La plaza de la Iglesia se convierte en el centro de atención, donde los devotos se agrupan para vivir momentos de intensa emoción. La tarde culmina con la procesión del Santo Entierro, que reúne a todas las hermandades de la localidad, creando un espectáculo visual que refleja la unidad y la devoción de la comunidad.
La Semana Santa en los pueblos de Córdoba es un testimonio de la rica herencia cultural y religiosa de la región. Cada localidad aporta su propio estilo y tradición, creando un mosaico de experiencias que enriquecen la celebración del Viernes Santo. Desde las saetas que resuenan en las calles hasta los pasos procesionales que recorren los caminos, cada momento es una invitación a vivir la Pasión de Cristo de una manera única y conmovedora.