La reciente celebración de la Selectividad 2025 ha generado un amplio debate en el ámbito educativo español. A pesar de las promesas del Ministerio de Educación de que esta nueva edición de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) sería menos memorística y más centrada en la aplicación de conocimientos, los resultados han dejado mucho que desear. En este artículo, exploraremos las críticas y las reacciones de estudiantes y docentes, así como las diferencias en la aplicación de la prueba entre comunidades autónomas.
### Promesas de un Enfoque Competencial
El verano pasado, la ministra de Educación, Pilar Alegría, anunció que la Selectividad 2025 se diseñaría con un enfoque “competencial”. Esto significaba que se esperaba que los exámenes no solo evaluaran la memorización de contenidos, sino que también fomentaran la creatividad y la reflexión crítica entre los alumnos. Sin embargo, tras el análisis de los exámenes que se han filtrado en las redes sociales, muchos han cuestionado si realmente se ha cumplido con esta promesa.
Las quejas han sido especialmente notables en Galicia, donde los alumnos y profesores han expresado su descontento con la dificultad de las pruebas. Maite Flores, representante de la Comisión Interuniversitaria de Galicia (CIUG), ha señalado que su comunidad fue la única que se ajustó a lo que exigía el decreto del Gobierno, lo que resultó en un examen más complejo en comparación con otras regiones. “Lo fácil es lo que han hecho los demás, pero eso no es positivo para los alumnos”, afirmó Flores, quien defendió la necesidad de un enfoque más riguroso en la educación.
En este contexto, se han presentado exámenes que requieren un nivel de razonamiento y aplicación de conocimientos que muchos estudiantes no han tenido que enfrentar en su formación previa. Por ejemplo, en el examen de Química, se planteó un escenario en el que los alumnos debían diseñar un kit de emergencia para un geólogo en el desierto de Atacama. Este tipo de preguntas, aunque innovadoras, han sido criticadas por su complejidad y por no estar alineadas con el nivel educativo previo de los estudiantes.
### Críticas a la Dificultad y la Homogeneidad de la Prueba
Uno de los exámenes que ha generado mayor controversia ha sido el de Historia, donde los estudiantes debían corregir un texto elaborado por ChatGPT sobre el Imperio Español. Los docentes han manifestado su preocupación por el nivel de dificultad de este tipo de preguntas, argumentando que el vocabulario y los conceptos utilizados son más apropiados para un nivel universitario que para el de secundaria. Esta situación ha llevado a un grupo de profesores a enviar un escrito a la CIUG expresando su disconformidad con el contenido de los exámenes.
Fuera de Galicia, la implementación del enfoque competencial ha sido más limitada. En el País Vasco, por ejemplo, se presentó una pregunta sintáctica que requería a los alumnos corregir un texto de ChatGPT, pero en general, la mayoría de las comunidades autónomas no han adoptado este enfoque de manera efectiva. La falta de homogeneidad en los exámenes ha llevado a que algunos estudiantes sientan que están en desventaja al competir con sus compañeros de otras regiones que han tenido un examen menos exigente.
La ministra Alegría ha instado a las comunidades autónomas a publicar sus modelos de examen antes del 26 de octubre, pero la realidad es que muchos docentes y estudiantes han comenzado el curso académico sin una guía clara sobre cómo se estructuraría la nueva PAU. Esta falta de preparación ha resultado en manifestaciones en varias ciudades del país, donde los estudiantes han exigido claridad y justicia en el proceso de evaluación.
La Selectividad 2025, que se suponía que traería un cambio significativo en la forma de evaluar a los estudiantes, ha terminado siendo una mezcla de promesas incumplidas y una implementación desigual. A medida que los estudiantes se enfrentan a un futuro incierto, la necesidad de una revisión profunda del sistema educativo se vuelve cada vez más evidente. Las voces de los alumnos y profesores deben ser escuchadas para garantizar que la educación en España evolucione de manera que realmente prepare a los jóvenes para los desafíos del mundo actual.