La reciente celebración del ascenso de la Agrupación Deportiva Ceuta a la Liga Hypermotion ha resonado con fuerza en los corazones de los aficionados, incluso aquellos que se encuentran lejos de la ciudad. Uno de los más entusiastas es Marcos Llago Navarro, quien, tras haber sido comandante general de Ceuta, ha compartido su alegría y nostalgia desde Madrid. Este artículo explora la conexión emocional que Llago Navarro siente hacia su ciudad natal y el equipo que ha logrado un hito importante en su trayectoria deportiva.
La alegría por el ascenso se vive intensamente en Ceuta, y Llago Navarro no es la excepción. A pesar de estar radicado en Madrid como director del Instituto de Historia y Cultura Militar, su corazón sigue latiendo al ritmo del fútbol ceutí. En una conversación reciente, expresó su satisfacción por el logro del equipo, que ha sabido superar adversidades y demostrar su valía en el campo. “Vivir este ascenso con alegría, nostalgia y pena por no poder estar allí es una mezcla de emociones que solo los verdaderos aficionados pueden entender”, comentó.
### La Trayectoria de la AD Ceuta y su Impacto en la Comunidad
El ascenso de la AD Ceuta a la Segunda División es un reflejo del esfuerzo colectivo de un equipo que ha sabido trabajar en conjunto. Llago Navarro destaca la importancia de la unidad entre los jugadores, el cuerpo técnico y la afición. “Es un gran equipo, una gran familia”, afirma, enfatizando que el éxito no es solo de los que juegan en el campo, sino de toda una comunidad que respalda al club.
El general de División también subraya la justicia de este ascenso, considerando que el equipo ha brindado muchas satisfacciones a sus seguidores. A lo largo de la temporada, la AD Ceuta ha enfrentado a rivales que, a primera vista, parecían superiores, pero que sucumbieron ante la determinación y el esfuerzo del equipo. Esta capacidad de superar obstáculos ha sido un factor clave en su éxito.
Con la mirada puesta en la próxima temporada, Llago Navarro es claro en sus expectativas: “Hay que mantenerse, eso es lo más importante. Situarnos, ir cogiendo experiencia y, posteriormente, ya se trazarán metas más altas y ambiciosas”. Esta visión pragmática refleja su profundo conocimiento del deporte y su deseo de ver al equipo crecer y consolidarse en la nueva categoría.
### La Nostalgia de un Aficionado Lejano
La distancia no ha hecho que Llago Navarro se sienta menos conectado con Ceuta. De hecho, su nostalgia por la ciudad se intensifica en momentos de celebración como este. “Echar de menos Ceuta es algo que siento profundamente. La gran ciudad es más impersonal. En Ceuta todo se vivía con intensidad”, confiesa. Esta conexión emocional es un testimonio del impacto que la ciudad y su cultura han tenido en su vida.
Aunque no pudo estar presente en la fiesta del ascenso, Llago Navarro planea asistir a los partidos que la AD Ceuta dispute en Madrid la próxima temporada. “Iré a ver al equipo como un aficionado más”, asegura, mostrando su compromiso y amor por el club. Además, espera poder regresar a Ceuta para participar en eventos locales, como el Desafío de los 300, una prueba organizada por el Grupo de Regulares de la ciudad.
El pasado de Llago Navarro en Ceuta es un capítulo que guarda con cariño. Recordando el saque de honor que realizó en un partido contra el Betis Deportivo, donde portó el brazalete de capitán, expresa su emoción por haber sido parte de un momento tan significativo. “Fue un honor para mí protagonizar el saque de honor y lo rememoro con muchísimo cariño”, dice, reflejando la profunda conexión que siente con su equipo y su ciudad.
La historia de Marcos Llago Navarro es un ejemplo de cómo el fútbol puede unir a las personas, independientemente de la distancia. Su pasión por la AD Ceuta y su deseo de ver al equipo triunfar son un recordatorio de que, en el deporte, la lealtad y el amor por los colores van más allá de los resultados en el campo. La comunidad ceutí, tanto dentro como fuera de sus fronteras, celebra este ascenso con la esperanza de un futuro brillante para su equipo, y Llago Navarro es un testimonio viviente de esa conexión inquebrantable.