El sector funerario en España, a menudo pasado por alto, se encuentra en un momento de transformación significativa. Con una facturación anual que ronda los 1.700 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 0,13% del PIB del país, este mercado ha demostrado ser uno de los más estables y rentables. Sin embargo, la falta de formación oficial para los profesionales del sector ha sido un tema de debate durante años. Recientemente, el Consejo de Ministros aprobó un nuevo título de Formación Profesional de Grado Medio en Técnico de Servicios Funerarios, lo que marca un hito en la profesionalización de esta industria.
La necesidad de un cambio en la formación de los trabajadores del sector funerario es evidente. Hasta ahora, los casi 13.000 empleados en este ámbito podían optar por cursos no reglados o, tras años de experiencia, obtener un certificado de profesionalidad. Esta situación ha llevado a muchos a cuestionar la calidad de la atención y los servicios ofrecidos. Eduardo Villagarcía, vocal de Aesprof, la Asociación Española de Servicios Funerarios, ha expresado que “estamos a años luz de otros países como Alemania, donde el director de funeraria es un grado universitario”. Este nuevo título de FP busca cerrar esa brecha y elevar el estándar de formación en España.
### La Formación Profesional: Un Primer Paso hacia la Profesionalización
El nuevo título de Técnico de Servicios Funerarios tiene como objetivo proporcionar una formación más estructurada y oficial a los futuros profesionales del sector. Con una duración de dos años, el programa abordará temas cruciales como el protocolo de ceremonias funerarias, la gestión de cobros, el mantenimiento de instalaciones y la tanatoestética, que incluye el maquillaje para los difuntos. Sin embargo, algunos profesionales del sector, como Villagarcía, han señalado que la formación podría quedarse corta, ya que no se incluirán prácticas de embalsamamiento o manipulación de cuerpos.
La falta de experiencia práctica es una preocupación válida. Muchos de los que ingresan al sector no han tenido contacto previo con un cadáver, lo que puede generar ansiedad y falta de preparación en situaciones críticas. Villagarcía sugiere que la mejor manera de aprender es a través de la observación directa de equipos de tanatopractores experimentados. Además, menciona que muchos jóvenes que se inician en esta profesión provienen de estudios relacionados con la gestión, como Administración y Dirección de Empresas (ADE), lo que podría no ser suficiente para enfrentar los desafíos específicos del sector funerario.
La llegada de la Formación Profesional es un paso positivo, pero también plantea preguntas sobre cómo se implementará en las diferentes comunidades autónomas. Alejandro Quinzán, secretario general de Panasef, ha indicado que han estado trabajando con el Ministerio de Educación durante cuatro años para hacer evidente la necesidad de un título oficial. Ahora, el siguiente paso es coordinar con las consejerías de educación para establecer un plan de formación efectivo.
### Comparativa Internacional: Aprendiendo de Otros Modelos
La comparación con otros países es inevitable. En lugares como Inglaterra y Estados Unidos, la formación en el ámbito funerario es mucho más avanzada. En estos países, los profesionales son considerados expertos en la reconstrucción cadavérica y reciben una formación exhaustiva que incluye tanto teoría como práctica. La diferencia en la cultura funeraria también juega un papel importante; en España, la tendencia es a realizar enterramientos rápidos, mientras que en otros lugares se da más importancia al embalsamamiento y a la preparación del cuerpo.
La implementación de un título de FP en servicios funerarios podría ayudar a elevar el nivel de profesionalismo en España, pero también es crucial que se incluya formación práctica. La experiencia en el campo es invaluable, y muchos profesionales coinciden en que la observación y la práctica son esenciales para adquirir las habilidades necesarias. Villagarcía menciona que “en Inglaterra o Estados Unidos son unos maestros de la reconstrucción cadavérica”, lo que resalta la importancia de aprender de los mejores.
La llegada de la FP al sector funerario no solo beneficiará a los futuros trabajadores, sino que también mejorará la calidad de los servicios ofrecidos a las familias en momentos difíciles. A medida que se avanza en la implementación de esta nueva formación, será fundamental mantener un diálogo abierto entre las instituciones educativas y los profesionales del sector para asegurar que se cubran todas las necesidades formativas.
En resumen, la creación de un título de Formación Profesional en Servicios Funerarios es un paso necesario y esperado que podría transformar el sector en España. A medida que se desarrollen los programas de formación y se establezcan estándares más altos, se espera que la calidad de los servicios funerarios también mejore, beneficiando a todos los involucrados en este delicado proceso.