En los últimos años, España ha visto un cambio significativo en la forma en que se aborda el desperdicio alimentario. Según el último informe del Ministerio de Agricultura, en 2024 se estima que los hogares y consumidores españoles desecharan más de 1.125 millones de kilos o litros de alimentos y bebidas. Aunque esta cifra sigue siendo alarmante, se ha registrado una reducción del 20% en comparación con 2020, lo que indica que se están realizando esfuerzos para corregir el rumbo en esta problemática. El desperdicio per cápita ha disminuido a 24,38 kilos o litros por persona, lo que refleja una tendencia a la baja sostenida en el tiempo, según el ministro de Agricultura, Luis Planas.
### Factores que Contribuyen a la Reducción del Desperdicio
Uno de los factores más destacados en esta mejora es el cambio en la mentalidad de los consumidores. La percepción del valor de los alimentos ha aumentado, especialmente en un contexto de inflación alimentaria y crisis climática. Los españoles, al ver cómo los precios de los alimentos han ido en aumento, han comenzado a valorar más lo que compran y, por ende, a desperdiciar menos. Además, el auge del teletrabajo y de modelos laborales híbridos ha facilitado el uso de “táperes” con comidas preparadas en casa, lo que ha contribuido a reducir el desperdicio en el hogar.
A pesar de estos avances, el hogar sigue siendo el principal foco de desperdicio, representando el 97,5% del total. Esto equivale a aproximadamente 1.097 millones de kilos de alimentos desechados. Sin embargo, se ha observado una disminución de casi 50 millones de kilos en comparación con el año anterior. La mayoría del desperdicio doméstico se debe a productos que no se utilizan, que representan el 77,6% del total, mientras que el 22,4% restante corresponde a recetas ya elaboradas. Los alimentos que más se desperdician incluyen frutas frescas, derivados lácteos, pan fresco, ensaladas y platos con verduras.
### Desperdicio Fuera del Hogar y Nuevas Iniciativas
El desperdicio de alimentos fuera del hogar también ha mostrado una tendencia a la baja. En 2024, se registraron 28,03 millones de kilos desechados, lo que representa una reducción del 8,8% respecto al año anterior. Aunque el 43,8% de los españoles admite haber desperdiciado alimentos fuera de casa, más de la mitad no lo hizo. La mayoría del desperdicio fuera del hogar se relaciona con alimentos, seguido de bebidas y aperitivos.
La mejora en las cifras de desperdicio no es casual. Se debe a una creciente conciencia social sobre el impacto ambiental y económico del desperdicio alimentario. Las campañas de sensibilización, junto con la entrada en vigor de la Ley 1/2025 de prevención de pérdidas y desperdicio alimentario, han jugado un papel crucial en este cambio. Esta normativa establece obligaciones a lo largo de toda la cadena agroalimentaria y promueve una cultura de aprovechamiento integral, alineándose con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 de la ONU, que busca reducir a la mitad el desperdicio alimentario mundial per cápita antes de 2030.
El ministro Planas ha destacado que esta ley representa “una estrategia de país con la que ganamos todos”, enfatizando que es una herramienta para combatir el desperdicio y avanzar hacia un modelo de consumo más eficiente, responsable y sostenible. Cada alimento salvado simboliza el esfuerzo conjunto de agricultores, ganaderos, transportistas, distribuidores, comercios, restauración y consumidores. Aunque todavía se tiran miles de toneladas de alimentos, España avanza hacia un modelo más consciente y responsable en la gestión de sus recursos alimentarios.
La lucha contra el desperdicio alimentario es un desafío que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Desde los hogares hasta las empresas, cada acción cuenta. La implementación de prácticas de planificación de compras más eficientes y la educación sobre la importancia de reducir el desperdicio son pasos fundamentales para lograr un cambio duradero. La concienciación sobre el valor de los alimentos y la adopción de hábitos de consumo responsables son esenciales para continuar avanzando en esta causa tan importante para el futuro del planeta y de la sociedad.