La situación del sistema sanitario en Ceuta ha generado preocupación entre los profesionales de la salud, quienes han alzado la voz a través del sindicato CSIF. Este organismo ha denunciado lo que considera un “incumplimiento sistemático” por parte del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), lo que ha llevado a una fuga de talento especializado y a un deterioro en la calidad de la atención médica en la región. En este artículo, se explorarán las principales quejas del CSIF y las implicaciones que estas tienen para la sanidad pública en Ceuta.
La denuncia del CSIF se centra en varios puntos críticos que afectan tanto a los trabajadores como a los pacientes. Según el sindicato, Ingesa no ha priorizado adecuadamente los recursos ni ha garantizado la seguridad laboral de los profesionales de la salud. A pesar de las exigencias realizadas en las mesas sectoriales durante más de dos años, muchos de los acuerdos laborales continúan sin resolverse. Esto ha llevado a que muchos facultativos especialistas opten por abandonar Ceuta en busca de mejores condiciones laborales en otras comunidades autónomas.
Uno de los aspectos más preocupantes que ha señalado el CSIF es la situación de la Zona de Difícil Cobertura. A pesar de que se aprobó un acuerdo en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 21 de febrero de 2023, este aún no ha tenido efecto para los trabajadores. En una reunión reciente, Ingesa admitió que los fondos necesarios para implementar este acuerdo habían sido liberados, pero la falta de acción ha dejado a muchos profesionales en una situación de incertidumbre.
Además, el sindicato ha expresado su preocupación por la falta de actualización en el precio de las guardias para el personal médico. La normativa europea exige una reducción en el número de guardias, pero esta no se ha implementado, lo que ha llevado a una sobrecarga de trabajo para los facultativos. Esta situación, combinada con el retraso en la aplicación de las medidas para la Zona de Difícil Cobertura, ha contribuido a que muchos médicos decidan no quedarse en Ceuta.
Otro tema que ha generado controversia es el SUAP y el 061. En 2007, se aprobó un pacto sobre la jornada laboral y el complemento de noches y festivos, pero dieciocho años después, este pacto sigue sin actualizarse. CSIF ha reclamado constantemente la revisión de este acuerdo en las mesas sectoriales desde 2010, pero hasta la fecha no se ha logrado ningún avance. Esto ha llevado al sindicato a llevar a Ingesa a los tribunales, donde se espera una resolución judicial.
La jornada laboral también ha sido un punto de conflicto. Mientras que el Gobierno Central promueve una jornada laboral de 35 horas semanales, Ingesa ha ignorado las reclamaciones del CSIF y mantiene una jornada de 37,5 horas. Esta discrepancia no solo afecta a los trabajadores, sino que también repercute en la calidad del servicio que se ofrece a los pacientes.
En cuanto a los recursos, el CSIF ha denunciado que se prometieron vehículos para la asistencia a domicilio del personal de Atención Primaria, pero en la última reunión, Ingesa comunicó que esta adquisición “no es una prioridad”. Esta falta de recursos adecuados no solo afecta a los profesionales, sino que también compromete la atención que reciben los pacientes en sus hogares.
Además, el sindicato ha señalado la ausencia de un Comité de Seguridad Laboral específico para Ingesa en Ceuta. A pesar de las múltiples reuniones y encuentros con la Delegada del Gobierno en la ciudad, este comité sigue sin constituirse, lo que ha llevado a una falta de atención a las necesidades de seguridad laboral de los trabajadores de la salud en la región.
La situación actual ha generado un clima de descontento entre los profesionales de la salud en Ceuta. La falta de atención a sus demandas y la inacción por parte de Ingesa han llevado a una creciente preocupación por el deterioro de las condiciones laborales y la calidad de la atención médica. CSIF ha manifestado su profunda preocupación por este deterioro, que no solo afecta a los profesionales, sino que también tiene un impacto directo en la calidad de la asistencia que reciben los pacientes.
La crisis sanitaria en Ceuta es un reflejo de problemas más amplios que afectan a la sanidad pública en España. La falta de recursos, la sobrecarga de trabajo y la falta de atención a las necesidades de los profesionales son cuestiones que deben abordarse con urgencia. La situación actual no solo pone en riesgo la salud de los trabajadores, sino que también compromete la salud de la población que depende de estos servicios.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas inmediatas para abordar estas cuestiones y garantizar que los profesionales de la salud en Ceuta cuenten con las condiciones adecuadas para realizar su trabajo. La salud de la población no puede ser comprometida por la falta de acción y la inacción de las instituciones responsables. La denuncia del CSIF es un llamado a la acción que debe ser escuchado y atendido para asegurar un sistema de salud que funcione adecuadamente y que brinde la atención que los ciudadanos merecen.
