Rafael Cubero, un trabajador cordobés que se encuentra destinado en Ceuta, ha llevado a cabo una hazaña que muchos solo se atreven a soñar: dar la vuelta al mundo en moto. Esta aventura, que se extendió a lo largo de cuatro años, abarcó un total de 45.000 kilómetros y fue realizada en etapas durante sus periodos de vacaciones. La historia de Rafael es un testimonio de valentía, perseverancia y un profundo amor por la aventura.
### El Comienzo de una Gran Aventura
La chispa que encendió el deseo de Rafael por emprender este viaje se originó en 2011, cuando vio un documental titulado “Long Way Round”, protagonizado por Ewan McGregor y Charley Boorman. Este documental, que narra la travesía de dos amigos alrededor del mundo en moto, inspiró a Rafael a seguir sus pasos. Sin embargo, su viaje no fue un impulso repentino; fue un plan meticulosamente diseñado que se llevó a cabo en varias etapas.
La primera etapa de su aventura comenzó en 2016, cuando decidió recorrer la emblemática Ruta 66 en Estados Unidos, coincidiendo con su 90 aniversario. Este viaje inicial fue solo el comienzo de un recorrido que lo llevaría a través de cuatro continentes, enfrentándose a desafíos y disfrutando de experiencias inolvidables.
Rafael no solo se lanzó a la carretera sin preparación. Antes de iniciar su gran aventura, realizó un viaje de prueba que incluyó un paso por Ceuta. Este viaje le permitió familiarizarse con su moto y con las condiciones de viaje que enfrentaría en su travesía global. Desde Sevilla, tomó un ferry a Melilla y luego recorrió el antiguo Sáhara español, lo que le dio una idea de lo que le esperaba en su aventura.
### Desafíos y Experiencias Únicas
A lo largo de su viaje, Rafael se encontró con una serie de desafíos que pusieron a prueba su determinación y habilidades. En 2017, su plan era llevar su moto hasta Japón, recorrer el país y luego cruzar a Rusia, siguiendo la famosa Transiberiana. Sin embargo, dos accidentes graves interrumpieron su viaje. Uno de ellos ocurrió en Mongolia, donde chocó contra una vaca, y el otro en Rumanía, cuando un coche que se saltó una señal de “stop” lo embistió. A pesar de las fracturas de costillas y un episodio de amnesia anterógrada, Rafael se recuperó y continuó su aventura, considerándolo un milagro.
Las anécdotas de su viaje son tan variadas como los lugares que visitó. En Estados Unidos, tuvo la oportunidad de recorrer las siete millas originales de la Ruta 66, guiado por una profesora local. En Japón, una experiencia inicialmente incómoda se convirtió en un momento memorable cuando su entonces novia preguntó por direcciones y, en lugar de recibir una respuesta, el pueblo entero se movilizó para ayudarles, queriendo tomarse fotos con ellos.
Sin embargo, no todas las experiencias fueron agradables. En Las Vegas, Rafael vivió un momento embarazoso cuando, tras varios intentos fallidos de jugar en un casino, se dio cuenta de que estaba usando la tarjeta de su habitación en lugar de la tarjeta de juego. Este incidente se convirtió en una broma recurrente entre él y su pareja durante el resto del viaje.
Una de las noches más inusuales de su aventura fue cuando se vio obligado a dormir en un cementerio en Gallup, Estados Unidos. Después de que se le negara el acceso a un convento, le ofrecieron la opción de acampar en el cementerio. A pesar de lo extraño de la situación, Rafael no sintió miedo y encontró humor en la experiencia, lo que refleja su actitud positiva ante los imprevistos.
### Bellezas Naturales y Retos Mecánicos
Más allá de las anécdotas divertidas y los desafíos, Rafael también tuvo la oportunidad de disfrutar de algunos de los paisajes más impresionantes del mundo. Destacó el Gran Cañón en Estados Unidos, describiéndolo como “tan majestuoso, tan inmenso… parece que está dibujado”. También mencionó el Lago Baikal en Rusia, un lugar que lo dejó sin aliento por su belleza natural, describiéndolo como “más azul que el propio cielo”.
La moto que utilizó para su travesía fue una BMW GS 1200 Adventure. Rafael enfatiza que, aunque la moto es importante, lo que realmente importa es la fortaleza mental del piloto. Se encargó del mantenimiento de su moto, llevando piezas de repuesto y herramientas, y recurriendo a concesionarios oficiales cuando fue necesario. Esto demuestra su compromiso y preparación para enfrentar cualquier eventualidad en la carretera.
El idioma también fue un reto en su viaje. Aunque habla inglés, italiano, francés y un poco de ruso, se dio cuenta de que en Rusia y Mongolia, la comunicación podía ser complicada. A menudo, se vio obligado a recurrir a gestos y señas para hacerse entender, lo que añade otra capa de dificultad a su aventura.
### Consejos para Futuras Aventuras
Para aquellos que se sientan inspirados por la historia de Rafael y deseen emprender un viaje similar, él tiene algunos consejos valiosos. Primero, enfatiza la importancia de tener un presupuesto adecuado y un buen seguro de viaje. Además, sugiere realizar un mantenimiento exhaustivo de la moto antes de salir y llevar siempre piezas de repuesto y herramientas.
Rafael también aconseja viajar con una mentalidad positiva y estar dispuesto a enfrentar lo desconocido. En su mochila, no pueden faltar ropa adecuada para el clima, cámaras para capturar momentos y, sobre todo, una fuerte mentalidad para superar cualquier obstáculo que se presente en el camino.
A pesar de haber completado su vuelta al mundo, Rafael no tiene planes de detenerse. Ya está considerando nuevos retos, como volver a recorrer la Ruta 66 y realizar la ruta Panamericana, que va desde Alaska hasta Argentina. Su espíritu aventurero y su determinación para seguir explorando el mundo son un ejemplo inspirador para todos los que sueñan con viajar y descubrir nuevas culturas.