En los últimos años, el auge de las pseudoterapias ha generado un debate intenso sobre la salud pública y la responsabilidad de las autoridades sanitarias. Un caso que ha captado la atención mediática es el de Margarita Galaz, una curandera negacionista del cáncer que reside en Sevilla. Galaz ha sido acusada de manipular a sus pacientes, llevándolos a rechazar tratamientos médicos convencionales en favor de sus teorías infundadas sobre la enfermedad. Este artículo explora las implicaciones de su práctica y el posible cierre de sus plataformas digitales por parte del Ministerio de Sanidad español.
### La Influencia de Margarita Galaz y su Comunidad Hameriana
Margarita Galaz se presenta como la fundadora de la ‘Comunidad Hameriana’, un grupo que promueve la Nueva Medicina Germánica, una corriente pseudomédica basada en las teorías de Ryke Geerd Hamer. Este médico alemán fue condenado en 1997 por ejercicio ilegal de la medicina, pero sus ideas han encontrado un eco en personas como Galaz, que las difunden a través de múltiples plataformas digitales. Desde su hogar en Sevilla, Galaz ofrece cursos y asesorías personalizadas, prometiendo ayudar a los pacientes a “superar” sus enfermedades.
La situación se torna alarmante cuando se considera que Galaz ha convencido a sus pacientes de que el origen de los tumores es un conflicto emocional, lo que les lleva a rechazar tratamientos médicos. Un ejemplo trágico de esto es el caso de Fabiola Lorena Vega Espinoza, quien falleció en 2024 a los 52 años por cáncer de mama. Sus hermanas han presentado una querella por homicidio contra Galaz, argumentando que la curandera manipuló a Fabiola para que no buscara tratamiento médico, lo que, según ellas, resultó en su muerte. Las declaraciones de Galaz a sus pacientes, instándoles a cortar lazos con sus familiares y a evitar hospitales, son un claro indicativo de la manipulación psicológica que ejerce sobre ellos.
### La Respuesta del Ministerio de Sanidad y el Marco Legal
Ante la creciente preocupación por las actividades de Galaz, el Ministerio de Sanidad español está considerando el cierre de sus páginas web por un posible “peligro para la salud pública”. Sin embargo, el proceso para llevar a cabo esta acción es complicado. Según el abogado Fernando Frías, experto en pseudoterapias, para que una página web sea cerrada, debe contener contenidos que representen un peligro real para la salud. Esto implica que el Ministerio de Sanidad debe abrir un expediente administrativo y solicitar a un juez la autorización para el bloqueo.
El artículo 4 del Real Decreto 1907/1996 prohíbe la publicidad de tratamientos que se destinen a la prevención o curación de enfermedades graves, incluyendo el cáncer. Sin embargo, hasta la reciente denuncia de RedUNE, una organización dedicada a la prevención del sectarismo y el abuso de debilidad, las actividades de Galaz habían pasado desapercibidas para las autoridades. Esto pone de manifiesto la falta de recursos y la limitada capacidad inspectora del Ministerio de Sanidad, que a menudo se ve abrumado por otras prioridades.
La situación de Galaz no es un caso aislado. Existen precedentes de otros negacionistas del cáncer que han enfrentado la justicia, aunque los resultados judiciales suelen ser desfavorables para las víctimas. Por ejemplo, en 2018, un valenciano fue absuelto de homicidio imprudente tras haber influido en un joven con cáncer que abandonó su tratamiento. Este tipo de decisiones judiciales plantea interrogantes sobre la responsabilidad de los falsos curanderos y la protección de los pacientes vulnerables.
### La Necesidad de una Regulación Más Estricta
La situación actual resalta la necesidad urgente de una regulación más estricta sobre las pseudoterapias y la promoción de tratamientos no comprobados. La falta de acción por parte de las autoridades sanitarias permite que estas prácticas continúen proliferando, poniendo en riesgo la salud de muchas personas. La denuncia de RedUNE podría ser un punto de inflexión, no solo para el caso de Galaz, sino también para otros que operan en la sombra.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas proactivas para proteger a los ciudadanos de la desinformación médica y las prácticas peligrosas. La educación y la concienciación sobre los riesgos de las pseudoterapias son esenciales para empoderar a los pacientes y ayudarles a tomar decisiones informadas sobre su salud. La historia de Margarita Galaz es un recordatorio de que la lucha contra la pseudociencia es una batalla continua que requiere la atención y el compromiso de todos.