La reciente publicación de Donald Trump en su cuenta de X ha desatado una ola de reacciones y comentarios en redes sociales. En un video generado por inteligencia artificial, el expresidente de Estados Unidos se imagina esculpido en el icónico Monte Rushmore, un monumento que ya alberga los rostros de cuatro de los presidentes más emblemáticos de la historia estadounidense: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Esta fantasía no solo refleja la vanidad del exmandatario, sino también su deseo de ser recordado como uno de los grandes líderes de la nación.
La imagen, que muestra a Trump en uno de los extremos del monumento, ha generado tanto risas como críticas. Muchos se preguntan si realmente tiene méritos para estar al lado de figuras históricas que han dejado una huella indeleble en la historia de Estados Unidos. Trump, conocido por su estilo provocador y su autocomplacencia, ha afirmado en varias ocasiones que se considera el “segundo mejor presidente” de la historia, solo detrás de Lincoln. Esta afirmación ha sido objeto de burla y escepticismo, especialmente entre sus detractores.
### La Propuesta de Esculpir a Trump
La idea de esculpir el rostro de Trump en el Monte Rushmore no es nueva. En enero de 2025, la diputada republicana Anna Paulina Luna presentó una propuesta similar, sugiriendo que el exmandatario merecía un lugar en el monumento debido a sus logros durante su tiempo en la Casa Blanca. Aunque Trump negó haber solicitado tal honor, no desestimó la idea, afirmando que, considerando lo que había logrado en sus primeros años de presidencia, podría ser una buena propuesta.
Esta no es la única iniciativa que busca alimentar el ego de Trump. Otros políticos republicanos han lanzado propuestas igualmente inusuales. Por ejemplo, Brandon Bill, un representante de Texas, sugirió dedicar un aeropuerto a Trump, mientras que Claudia Tenney propuso convertir el cumpleaños del exmandatario, el 14 de junio, en un festivo nacional. Estas propuestas han sido recibidas con escepticismo y, en muchos casos, con burla, pero reflejan la devoción de algunos sectores del Partido Republicano hacia Trump.
La historia de los presidentes en el Monte Rushmore es fascinante. La creación del monumento fue un proyecto ambicioso que comenzó en 1927 y se completó en 1941. Cada uno de los presidentes esculpidos fue elegido por su contribución a la fundación y el desarrollo de Estados Unidos. Washington, como el primer presidente, simboliza la independencia; Jefferson, el autor de la Declaración de Independencia, representa la expansión y la libertad; Roosevelt, por su papel en la modernización del país; y Lincoln, por su liderazgo durante la Guerra Civil y su lucha por la abolición de la esclavitud. La inclusión de Trump en este panteón de líderes históricos es, por lo tanto, un tema de debate.
### La Reacción del Público y los Expertos
La reacción del público ante la idea de esculpir a Trump en el Monte Rushmore ha sido variada. Muchos usuarios de redes sociales han expresado su incredulidad y risa ante la propuesta, mientras que otros han defendido su derecho a ser considerado entre los grandes. Los expertos en historia y política han sido más críticos, argumentando que la historia no se escribe a base de deseos o fantasías, sino a través de acciones y resultados tangibles.
Historiadores han señalado que la grandeza de un presidente no se mide solo por su popularidad o su capacidad para generar atención mediática, sino por su legado y su impacto en la sociedad. En este sentido, muchos consideran que Trump, a pesar de sus logros en economía y política exterior, no ha alcanzado el nivel de los presidentes que ya están inmortalizados en el Monte Rushmore.
A medida que se acercan las elecciones de 2024, es probable que la figura de Trump siga siendo un tema candente en la política estadounidense. Su ambición de ser recordado como uno de los grandes líderes del país podría llevar a más propuestas inusuales y a un debate continuo sobre su legado. La idea de esculpir su rostro en el Monte Rushmore puede parecer descabellada para muchos, pero para Trump y sus seguidores, es una forma de reivindicar su lugar en la historia.
La controversia en torno a Trump y su deseo de ser recordado de manera grandiosa no solo refleja su personalidad, sino también la polarización que existe en la política estadounidense. A medida que el país se enfrenta a desafíos significativos, la figura de Trump seguirá siendo un punto de referencia, tanto para sus partidarios como para sus críticos. La historia, sin embargo, es un juez implacable, y el tiempo dirá cómo se recordará realmente a Donald Trump en el futuro.