La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de Ceuta ha dado un paso significativo hacia la mejora de la atención a personas en situación de dependencia o vulnerabilidad al anunciar que Eulen Servicios Sociosanitarios SA será la empresa encargada de implementar un nuevo servicio de teleasistencia domiciliaria. Este servicio, que comenzará a funcionar en enero de 2026, representa un avance en la forma en que se ofrece apoyo a quienes más lo necesitan, utilizando tecnología avanzada para garantizar una atención inmediata y eficaz.
### La Teleasistencia como Pilar de Seguridad y Autonomía
La teleasistencia es un servicio que ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente en el contexto de una población que envejece y que, en muchos casos, vive sola. Este sistema se basa en la instalación de un terminal en el hogar del usuario, que se conecta a una central receptora. Esta conexión puede realizarse a través de una línea telefónica fija o móvil, lo que permite que, en caso de emergencia, el usuario pueda activar el sistema mediante un pulsador. Esto genera una alerta en la central, que coordina las acciones necesarias para atender la situación.
El objetivo principal de este servicio es ofrecer atención continua a las personas usuarias, combinando tecnologías de la información y la comunicación con recursos humanos cualificados. Esto no solo proporciona seguridad y asistencia, sino que también permite que muchas personas mayores, con discapacidad o que viven solas, puedan permanecer en su entorno habitual con la tranquilidad de saber que hay respaldo técnico y humano disponible las 24 horas.
La implementación de este servicio no solo se centra en la atención de emergencias, sino que también busca potenciar la autonomía de las personas atendidas. Al permitir que los usuarios permanezcan en sus hogares el mayor tiempo posible, se fomenta su bienestar individual y se reduce la carga sobre sus familias. Esto es especialmente relevante en un contexto donde los cuidadores a menudo enfrentan situaciones de sobrecarga emocional y física.
### Un Sistema Integral de Atención
El contrato establecido por la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales incluye distintos escenarios de actuación, donde el personal encargado debe intervenir según las demandas específicas de cada caso. Esto abarca tanto situaciones de emergencia como otras de carácter cotidiano. Por ejemplo, en una emergencia social, el sistema debe activar la movilización de recursos propios o ajenos, incluyendo a los servicios sociales si es necesario. Esta intervención se vuelve obligatoria cuando la persona vive sola o está acompañada por alguien que también es dependiente.
En el caso de emergencias sanitarias, la central debe actuar de inmediato para coordinar la atención médica correspondiente. Además, se contemplan situaciones de angustia emocional o soledad, que requieren atención directa desde la central o el contacto con familiares o redes de apoyo. Esto demuestra que la teleasistencia no solo se ocupa de la salud física, sino que también aborda el bienestar emocional de los usuarios.
Más allá de las emergencias, el sistema de teleasistencia también contempla acciones de no urgencia. Estas pueden incluir desde consultas sobre el funcionamiento del servicio hasta apoyo para gestionar citas médicas u otras necesidades del día a día. Asimismo, se ofrece una vía de comunicación para aquellas personas que simplemente necesitan hablar con alguien, lo que puede ser crucial para combatir el aislamiento social.
La gestión de agendas, recordatorios de medicación y la posibilidad de realizar sugerencias para mejorar el servicio son solo algunas de las funciones que se incluyen en este sistema integral. Todo esto se traduce en una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida de los usuarios, fomentar su independencia y brindar apoyo tanto a ellos como a sus familias.
La teleasistencia, por lo tanto, se presenta como una solución innovadora que combina tecnología y atención humana, permitiendo que las personas en situación de dependencia mantengan un nivel de autonomía y calidad de vida que de otro modo podría verse comprometido. Este enfoque integral no solo beneficia a los usuarios, sino que también alivia la carga sobre los cuidadores, promoviendo un entorno más saludable y equilibrado para todos los involucrados.