La economía de la eurozona se enfrenta a un panorama incierto debido a la reciente revisión a la baja de las previsiones de crecimiento por parte de la Comisión Europea. Este ajuste se debe, en gran medida, a la persistencia de los aranceles impuestos por el expresidente estadounidense Donald Trump, que han generado un efecto dominó en las economías de los países miembros. A pesar de este contexto adverso, España parece estar en una posición relativamente favorable, con expectativas de crecimiento que superan las de sus vecinos europeos.
**Revisión de Crecimiento en la Eurozona**
La Comisión Europea ha proyectado que la eurozona crecerá un 0,9% en el presente ejercicio y un 1,4% en 2026, cifras que son inferiores a las estimaciones anteriores. Este ajuste se produce en un contexto donde se asume que los aranceles del 10% impuestos por Estados Unidos se mantendrán, lo que ha complicado la elaboración de análisis económicos. La guerra comercial entre Estados Unidos y China también ha contribuido a esta desaceleración, afectando el comercio bilateral de bienes y generando incertidumbre en el mercado global.
En contraste, España se destaca como uno de los países de mayor crecimiento en la región, con una previsión de expansión del 2,6% para 2025, a pesar de que se espera que el crecimiento se reduzca a un 2% en 2024. Este desempeño se atribuye a la robustez de la demanda interna, impulsada por un mercado laboral en recuperación y un aumento en la inversión.
**Perspectivas para la Economía Española**
La Comisión Europea ha señalado que el crecimiento de la economía española será respaldado por un mercado laboral sólido, que ha mostrado signos de recuperación. Se prevé que la tasa de desempleo baje por debajo del 10% para 2026, gracias a la creación de empleo y a una moderación en el crecimiento de la población activa, en gran parte debido a la disminución de la inmigración. Además, se anticipa un leve aumento en los salarios, lo que contribuirá a mejorar el consumo privado.
A pesar de la favorable proyección para España, los analistas advierten sobre los riesgos que podrían afectar a la economía. La desaceleración de la actividad económica en la eurozona y en los principales socios comerciales de España podría tener efectos indirectos negativos, afectando el acceso a los mercados de exportación y retrasando la inversión empresarial. La incertidumbre en el comercio internacional, exacerbada por los aranceles, podría llevar a un comportamiento más cauteloso por parte del sector privado, lo que a su vez podría mantener la tasa de ahorro de los hogares por encima de su media histórica.
La Comisión también ha indicado que, aunque España no está particularmente expuesta a los vaivenes comerciales con Estados Unidos, los efectos indirectos de una desaceleración en la eurozona podrían ser significativos. En este sentido, se estima que los aranceles tendrán un impacto de cuatro décimas en 2025 y de dos décimas en 2026 en la economía de la eurozona.
**Impacto Global y Resiliencia Europea**
A nivel global, se espera que las tensiones comerciales y la volatilidad del mercado afecten el crecimiento del PIB y reaviven las presiones inflacionistas. La Comisión Europea ha proyectado que el crecimiento de las exportaciones de la UE será modesto, con un aumento del 0,7% este año, aunque se espera una aceleración hasta el 2,1% en 2026. Este crecimiento será impulsado en parte por la resistencia de las exportaciones de servicios, que son menos vulnerables a las tensiones comerciales.
El comisario de Economía, Valdis Dombrovskis, ha destacado la resiliencia de la economía europea, subrayando que, a pesar de las dificultades, se prevé una aceleración del crecimiento para el próximo año. La inflación, que ha sido un tema candente en la agenda económica, está disminuyendo más rápido de lo esperado, lo que podría proporcionar un alivio a los consumidores y permitir al Banco Central Europeo ajustar su política monetaria.
Sin embargo, la Comisión Europea también ha señalado que las catástrofes climáticas cada vez más frecuentes representan un riesgo persistente para el crecimiento. A pesar de estos desafíos, hay oportunidades para mejorar la situación económica, como la posibilidad de reconducir las tensiones comerciales y ampliar acuerdos con terceros países que puedan sostener el crecimiento de la UE.
En resumen, mientras que la economía de la eurozona enfrenta un futuro incierto debido a los aranceles de Trump y otros factores globales, España se posiciona como un caso de crecimiento positivo, respaldado por un mercado laboral en recuperación y una demanda interna robusta. Las proyecciones de crecimiento, aunque moderadas, ofrecen un rayo de esperanza en un contexto económico complicado.