La inauguración del nuevo Hospital Universitario de Melilla, llevada a cabo por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Sanidad, Mónica García, ha generado una serie de expectativas que, a más de cien días de su apertura, parecen no haberse cumplido. A pesar de la inversión de 150 millones de euros, los profesionales de la salud han expresado su descontento ante la falta de funcionamiento pleno del centro, que ha sido calificado como un “hospital fantasma” por algunos sindicatos.
La inauguración, que tuvo lugar el 2 de junio, fue un evento mediático donde se destacó la magnitud de la inversión y las características del nuevo centro, que cuenta con 265 camas y 45,000 metros cuadrados de instalaciones. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente. A pesar de que se han abierto algunas especialidades, el hospital aún no cuenta con servicios esenciales como Urgencias, UCI o quirófanos, lo que ha generado una gran frustración entre los profesionales de la salud y los pacientes.
### La Situación Actual del Hospital
Desde su apertura, el nuevo hospital ha ido abriendo lentamente sus consultas, pero muchas áreas permanecen cerradas. Según Ana Eusebio, presidenta de CSIF Sanidad de Melilla, solo diez especialidades están operativas, y el resto del hospital sigue prácticamente inactivo. “El resto del hospital está cerradísimo a cal y canto. No funciona nada, ni una planta de hospitalización”, afirma Eusebio. Esta situación ha obligado a los médicos a desplazarse constantemente entre el nuevo hospital y el antiguo, lo que ha generado una carga adicional en su trabajo diario.
El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), encargado de la gestión del hospital, ha defendido que el centro funcionará plenamente antes de que termine el año. Sin embargo, los profesionales de la salud han expresado su preocupación por la falta de información sobre el plan de apertura y la incertidumbre que esto genera. “Nos llevamos quejando todo el verano de la saturación del servicio de Urgencias”, lamenta el secretario autonómico de Satse en Melilla, quien también ha señalado que la falta de un servicio de Urgencias en el nuevo hospital ha llevado a situaciones caóticas, especialmente durante los meses de verano.
La situación se ha vuelto crítica, ya que los pacientes que requieren atención de urgencia deben ser trasladados al hospital comarcal, lo que ha generado retrasos y complicaciones en la atención médica. “Hemos tenido episodios en los que un paciente que acudió a consulta se mareó y tuvimos que llamar a una ambulancia para llevarlo al otro hospital”, explica Elisabet García Cortacero, presidenta del Sindicato Médico de Melilla.
### Desafíos y Futuro del Nuevo Centro
Los desafíos que enfrenta el nuevo Hospital Universitario de Melilla son significativos. La falta de personal y la necesidad de una mejor planificación en la apertura de los servicios han sido puntos críticos señalados por los representantes de los trabajadores. A medida que se van abriendo nuevas consultas, los profesionales se ven obligados a adaptarse a un entorno que aún no está completamente operativo.
El Ingesa ha indicado que el proceso de apertura se está llevando a cabo en varias fases, comenzando por los servicios de menor complejidad y avanzando hacia los de mayor complejidad. Sin embargo, los sindicatos han criticado la falta de equipamiento en las consultas, lo que ha dificultado el trabajo de los médicos. “Faltan ecógrafos para Endocrinología y equipos de Rehabilitación que aún no están en uso”, señala Carlos García, secretario autonómico del Sindicato de Enfermería Satse en Melilla.
La falta de claridad en el plan de apertura ha llevado a los profesionales a cuestionar si se cumplirá el objetivo de tener el hospital completamente operativo antes de que finalice el año. “Nos dijeron que en noviembre se daría por concluido, pero con el ritmo actual de apertura, lo ponemos en duda”, afirma Eusebio.
El Ingesa ha asegurado que están trabajando para garantizar que la apertura del hospital se realice de manera segura y programada, pero los profesionales de la salud siguen esperando respuestas concretas sobre cuándo podrán operar en un entorno que cumpla con todas las condiciones necesarias para brindar atención de calidad a los pacientes. La situación actual del Hospital Universitario de Melilla es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sistema de salud en la región, y la comunidad espera que se tomen las medidas necesarias para resolver estos problemas lo antes posible.