La desaparición de Mati Muñoz, una turista española en la isla de Lombok, Indonesia, ha generado una ola de angustia y frustración entre sus familiares y amigos. A medida que se acerca el segundo mes desde que se perdió su rastro, la familia de Mati ha expresado su desesperación ante la falta de acción y apoyo por parte de las instituciones. Ignacio Vilariño, sobrino de Mati y portavoz de la familia, ha compartido su experiencia y las dificultades que han enfrentado en este proceso, revelando una serie de negligencias que han rodeado la investigación desde el principio.
La voz de alarma se dio cuando Vilariño se dio cuenta de que su tía no había estado activa en su teléfono ni en sus redes sociales durante una semana. Al investigar más, descubrió que varias amigas de Mati también estaban preocupadas por su paradero. La denuncia de su desaparición fue presentada, pero la respuesta inicial de las autoridades fue decepcionante. Vilariño recuerda cómo, al intentar obtener información sobre la geolocalización del móvil de su tía, se encontró con una actitud despectiva por parte de los funcionarios de la comisaría. “Tú no nos tienes que decir cómo hacer nuestro trabajo”, le dijeron, lo que refleja una falta de empatía y humanidad en un momento crítico.
La familia ha sentido un abandono institucional, lo que ha intensificado su angustia. Vilariño ha señalado que, a pesar de que la geolocalización del móvil de Mati podría haber proporcionado pistas sobre su paradero, parece que no se ha avanzado en este aspecto. La frustración se ha visto agravada por la percepción de que hay desigualdades en la atención que reciben diferentes casos. Vilariño ha comparado la situación de su tía con la de Daniel Sancho, un individuo que recibió una notable ayuda diplomática tras ser acusado de un crimen. Esta comparación ha llevado a la familia a cuestionar si existe una casta privilegiada en la atención a casos de desapariciones, lo que ha generado un profundo dolor y desilusión.
La búsqueda de Mati ha estado marcada por la incertidumbre y la falta de información. La familia ha recibido promesas de que se estaban realizando esfuerzos para encontrarla, como la colocación de carteles en la isla, pero estas afirmaciones han resultado ser engañosas. La falta de acción visible ha llevado a la familia a sentir que no hay un compromiso real por parte de las autoridades para resolver el caso. Vilariño ha expresado su deseo de que su tía esté viva, aunque teme que haya sido víctima de una situación más siniestra, como el secuestro por parte de una mafia.
La angustia de la familia se ha intensificado con el paso del tiempo. La mezcla de esperanza y horror se ha convertido en un estado constante de ansiedad. La incertidumbre sobre el destino de Mati ha llevado a Vilariño a reflexionar sobre la falta de acción y la aparente indiferencia de las instituciones. La familia ha manifestado su intención de tomar medidas legales contra aquellos que consideran responsables de la falta de atención y apoyo en la búsqueda de Mati.
La situación de Mati Muñoz no es un caso aislado. La desaparición de personas en el extranjero plantea desafíos únicos, especialmente cuando se trata de la colaboración entre diferentes países y sus respectivas fuerzas de seguridad. La familia ha hecho un llamado a la acción, instando a las autoridades a priorizar la búsqueda de su tía y a garantizar que se tomen medidas efectivas para localizarla. La falta de respuesta adecuada ha dejado a la familia sintiéndose impotente y frustrada, lo que resalta la necesidad de un enfoque más humano y eficiente en la atención a casos de desapariciones.
La historia de Mati Muñoz es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de la solidaridad en momentos de crisis. La familia de Mati continúa luchando por respuestas y por la justicia que merecen. La búsqueda de Mati no solo es una cuestión personal, sino también un llamado a la acción para que las instituciones se comprometan a proteger y ayudar a todos los ciudadanos, independientemente de su situación. La esperanza de que Mati sea encontrada sigue viva, pero la familia enfrenta un camino lleno de obstáculos y desafíos que deben ser superados para lograr la verdad y la justicia.