El Museu de Prehistòria de la Diputació de València ha concluido su campaña de excavaciones de verano, revelando hallazgos significativos que incluyen piezas líticas, restos de fauna y estructuras constructivas. Este esfuerzo, liderado por el Servicio de Investigación Prehistórica, ha sido destacado por el diputado de Cultura, Paco Teruel, quien enfatizó la importancia de estas intervenciones para la investigación y conservación del patrimonio valenciano. La directora del museo, Mª Jesús de Pedro, explicó que el programa de excavaciones para 2025 abarcará un amplio rango cronológico, desde el Paleolítico medio hasta la época ibérica, lo que permitirá profundizar en el conocimiento de la prehistoria en la región.
Las excavaciones se han llevado a cabo en yacimientos de gran relevancia, como la Cova Foradada de Oliva, la Cueva Merinel de Bugarra, el Pico de los Ajos de Yátova y la Cueva del Sapo de Chiva. Estos trabajos han contado con la colaboración de diversas instituciones y un equipo de investigadores y estudiantes de arqueología. Teruel también destacó el apoyo de los ayuntamientos locales, que han facilitado la realización de estas excavaciones.
La Cova Foradada de Oliva es un yacimiento clave en el ámbito peninsular, considerado una ventana al pasado más remoto. Este sitio es fundamental para entender el modo de vida de las últimas poblaciones neandertales y su eventual sustitución por Homo sapiens. Durante la tercera campaña de excavación en julio, se exploraron los últimos niveles del Paleolítico superior inicial, lo que permitió descubrir piezas líticas, restos de fauna y vegetales de varias ocupaciones humanas. Entre los hallazgos más destacados se encuentran las hojitas Dufour, que eran utilizadas en la caza, y restos de especies como el conejo, ciervo, caballo, asno silvestre y jabalí, que fueron cazadas por grupos de Homo sapiens hace aproximadamente 30.000 años.
En cuanto a la Cueva Merinel y la Cueva del Sapo, ambas ubicadas en Bugarra y Chiva, respectivamente, han sido objeto de investigaciones sobre prácticas rituales en la época ibérica. La segunda campaña en la Cueva Merinel se realizó en junio, enfocándose en el análisis de ofrendas cerámicas y restos faunísticos que revelan aspectos de las prácticas rituales ibéricas entre los siglos V y III a.C. Por su parte, la Cueva del Sapo ha sido objeto de excavaciones en septiembre, con el objetivo de adecuar las instalaciones de acceso y completar la excavación de un sector que confirma su uso en cronologías anteriores.
El Pico de los Ajos, un yacimiento ibérico de gran importancia, concluyó su novena campaña de excavación en agosto. Este sitio, situado a más de mil metros de altitud, fue ocupado entre los siglos VII y I a.C. y es conocido por su colección de plomos escritos en lengua íbera. Los trabajos de este año se centraron en dos áreas del poblado: una dedicada al hábitat y otra a una estructura defensiva. Se han descubierto edificaciones que podrían haber sido utilizadas como viviendas y parte del sistema defensivo del asentamiento, incluyendo un foso y una gran torre que protegía el acceso principal.
Estos hallazgos no solo enriquecen el conocimiento sobre la prehistoria y la historia de Valencia, sino que también subrayan la importancia de la colaboración entre instituciones y la comunidad académica en la preservación del patrimonio cultural. La labor del Museu de Prehistòria y su compromiso con la investigación y difusión del patrimonio arqueológico son fundamentales para garantizar que estos descubrimientos sean accesibles y comprendidos por las futuras generaciones. A medida que se avanza en los trabajos de laboratorio y en la puesta en valor de los yacimientos, se espera que estos hallazgos sigan aportando información valiosa sobre la vida de las poblaciones que habitaron la región en épocas pasadas.