Recientemente, un equipo de arqueólogos ha realizado un hallazgo sorprendente en el valle del río Moche, en Perú: tumbas prehispánicas que datan de hace 4.500 años. Este descubrimiento no solo marca un hito en la arqueología peruana, sino que también desafía las creencias previas sobre el desarrollo de sociedades complejas en la región. Los expertos del Proyecto de Investigación Arqueológico de Menocucho (PIAM) han liderado esta excavación, revelando la existencia de entierros que indican una organización social avanzada en el interior del valle, lejos de las áreas costeras donde se pensaba que se concentraban las civilizaciones de la época.
Los restos humanos fueron encontrados a una profundidad de aproximadamente dos metros en la Zona Arqueológica Monumental Castillo de Jesús María, que es parte de la provincia de Trujillo, en la región de La Libertad. Este hallazgo es significativo ya que representa el primer descubrimiento de la época precerámica en esta área, lo que sugiere que las sociedades del valle Moche eran más complejas de lo que se había asumido anteriormente. Aldo Watanave, el arqueólogo a cargo del PIAM, explicó que la estructura de las tumbas y la disposición de los cuerpos ofrecen pistas sobre la jerarquía social de los antiguos habitantes de la región.
### Estructura de los Entierros y su Significado
En el primer contexto funerario, se encontró el cuerpo de un hombre adulto en una tumba de forma semicircular, que medía más de tres metros de ancho y largo. Este tipo de sepulcro es más grande de lo habitual, lo que sugiere que el individuo podría haber sido una figura importante, posiblemente un líder de la comunidad. Junto a su cuerpo, se hallaron varios objetos, incluyendo un mortero, una mano de moler, dos pendientes con la cruz del sur y una valva marina, lo que indica que este individuo tenía un estatus elevado dentro de su sociedad.
Además del cuerpo principal, se encontraron tres individuos adicionales: dos jóvenes de entre 8 y 12 años y un neonato. La relación entre estos cuerpos y el adulto no está clara, pero su presencia en el mismo contexto funerario sugiere la posibilidad de una conexión familiar. En un segundo contexto, más pequeño y circular, se cree que podría haber una mujer relacionada con el neonato, aunque se necesitarán análisis de ADN para confirmar esta hipótesis. Este descubrimiento no solo proporciona información sobre las prácticas funerarias de la época, sino que también abre la puerta a nuevas preguntas sobre la estructura social y las relaciones familiares en las antiguas civilizaciones del valle Moche.
### Investigación en el Valle de Moche
Desde la llegada del PIAM en 2022, Watanave ha estado investigando el área bajo el monumento arqueológico con el objetivo de comprender mejor la dinámica social del Periodo Inicial, que abarca desde hace 3.800 hasta 2.800 años. Este periodo es crucial para entender cómo se desarrollaron las sociedades en la región andina. El valle Moche, conocido por su rica historia y cultura, fue un centro de acopio de productos de la sierra, lo que sugiere que existía un sistema de intercambio y comercio bien establecido.
Las excavaciones han revelado que el área no solo se utilizaba para enterramientos, sino que también era un lugar de actividad agrícola y de producción de materiales. Watanave mencionó que se cultivaba principalmente algodón y que se producían objetos de piedra, como el cuarzo transparente, que eran utilizados en diversas actividades. Además, se ha encontrado evidencia de que el Castillo de Jesús María, una edificación de 50 metros de largo y 12 metros de altura, estaba decorado con pigmentos rojos y azules, lo que indica un nivel de sofisticación en la construcción y el arte de la época.
Este descubrimiento es un recordatorio de la rica herencia cultural de Perú y de la importancia de continuar con la investigación arqueológica en la región. A medida que se desentierran más hallazgos, se espera que se arroje luz sobre las complejas sociedades que habitaron el valle Moche y su impacto en la historia prehispánica de América del Sur. La labor del PIAM y otros equipos de investigación es fundamental para preservar y comprender este patrimonio invaluable, que sigue siendo objeto de estudio y admiración en la actualidad.