La situación de los incendios forestales en España ha alcanzado niveles alarmantes, y las voces críticas se alzan con más fuerza que nunca. Paco Castañares, un reconocido experto forestal y exdirector general de Medio Ambiente en Extremadura, ha expresado su preocupación sobre la ineficacia de las políticas actuales en la gestión de los incendios. En un contexto donde la emergencia climática se entrelaza con el abandono rural, la necesidad de una política forestal efectiva se vuelve imperativa.
La reciente ola de incendios en Andalucía ha puesto de manifiesto la urgencia de implementar leyes que faciliten la imputación y condena de los responsables de estos desastres. Castañares no se ha mostrado sorprendido por la magnitud de los incendios, señalando que eventos similares ya ocurrieron en otros países como Chile y Portugal. En su opinión, la falta de gestión forestal adecuada es la verdadera raíz del problema, más que el cambio climático en sí. Aunque este último contribuye al alargamiento de las temporadas de riesgo, la acumulación de combustible en los bosques es lo que realmente agrava la situación.
### La Gestión Forestal: Un Asunto de Responsabilidad
Castañares enfatiza que la gestión forestal es responsabilidad de las administraciones públicas. La falta de intervención en los bosques ha llevado a una acumulación peligrosa de material combustible, lo que aumenta la probabilidad de incendios devastadores. En su análisis, el abandono rural ha sido un factor crítico en la crisis actual. Históricamente, las comunidades rurales mantenían un equilibrio con la naturaleza, utilizando el fuego de baja intensidad para gestionar los pastos y cultivando la tierra para su sustento. Sin embargo, la despoblación ha dejado estos espacios desatendidos, convirtiéndolos en un terreno fértil para los incendios.
La crítica de Castañares se extiende a las políticas que limitan las actividades tradicionales de los habitantes del campo. Según él, las restricciones impuestas por las autoridades urbanas han despojado a los agricultores y ganaderos de las herramientas necesarias para manejar sus tierras de manera efectiva. Esta desconexión entre las decisiones políticas y la realidad del campo ha llevado a un aumento en la frecuencia y severidad de los incendios. La falta de inversión en medidas preventivas es otro punto que Castañares destaca como un fracaso monumental. La evacuación de pueblos y la pérdida de vidas son un claro indicativo de que las políticas actuales no están funcionando.
### Consecuencias de los Incendios: Más Allá de las Llamas
Los incendios forestales no solo representan una amenaza inmediata para la vida y la propiedad, sino que sus consecuencias a largo plazo son igualmente devastadoras. Castañares advierte sobre el peligro que representan las lluvias torrenciales que siguen a los incendios. Estas lluvias pueden arrastrar cenizas y tierra fértil, lo que no solo destruye la capacidad de regeneración de los bosques, sino que también contamina los ríos, afectando la calidad del agua potable. Este ciclo de destrucción pone de relieve la necesidad de una respuesta integral a la crisis de los incendios forestales.
La situación es aún más crítica si se considera que, desde 2010, el número de muertes por incendios forestales en Europa ha superado al de los actos terroristas. A pesar de esta alarmante estadística, las administraciones no han declarado una emergencia permanente por incendios forestales, lo que refleja una falta de seriedad en la gestión del problema. Castañares aboga por un pacto de Estado que se enfoque en la prevención de incendios, en lugar de solo abordar la emergencia climática. La necesidad de un enfoque proactivo es evidente, y la política debe adaptarse para enfrentar esta crisis de manera efectiva.
La voz de expertos como Paco Castañares es crucial en este momento. Su llamado a la acción resuena en un contexto donde la política forestal debe evolucionar para proteger tanto a las comunidades rurales como a los ecosistemas que dependen de una gestión adecuada. La combinación de abandono rural, falta de inversión en prevención y la ineficacia de las políticas actuales son factores que deben ser abordados con urgencia. La vida de las personas y la salud de los bosques dependen de ello. La política forestal en España necesita un cambio radical, y la responsabilidad recae en aquellos que tienen el poder de implementar estas reformas.