La reciente salida de la diputada de Compromís, Àgueda Micó, del grupo parlamentario de Sumar ha desencadenado una serie de reacciones y tensiones dentro de la coalición. Este evento no solo marca un punto de inflexión para la formación, sino que también plantea interrogantes sobre la estabilidad de la alianza y su futuro en el Congreso de los Diputados. La decisión de Micó de abandonar Sumar y pasar al Grupo Mixto ha sido interpretada como una respuesta a las limitaciones que enfrenta su partido dentro de una coalición que, según ellos, no ha logrado funcionar de manera confederal.
La crisis se intensificó tras la negativa de Sumar a permitir que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareciera en una comisión de investigación relacionada con la DANA, lo que llevó a Compromís a cuestionar su autonomía y capacidad de acción dentro del grupo. Este desencuentro ha puesto de manifiesto las tensiones internas que han ido surgiendo en los últimos meses, especialmente en el contexto de los recientes escándalos de corrupción que han salpicado al Partido Socialista.
### La Decisión de Micó y sus Consecuencias
La salida de Micó no es un hecho aislado, sino que refleja un descontento más amplio dentro de la coalición. En el Consell Nacional de Més-Compromís, se votó a favor de que Micó abandonara el grupo parlamentario, lo que indica que la decisión fue respaldada por la dirección del partido. Micó argumentó que las limitaciones de seguir en la coalición eran insostenibles, lo que ha llevado a otros miembros de Més per Mallorca a considerar su propia salida. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre en el que se debate si la ruptura se extenderá a otros miembros de la coalición.
Desde Sumar, se han hecho esfuerzos para mantener la unidad del grupo, pero la percepción de que no se ha logrado un funcionamiento confederal ha alimentado el descontento. La falta de atención a temas cruciales para Baleares, como la financiación autonómica, ha sido un punto de crítica recurrente. La dirección de Sumar ha intentado abrir canales de negociación, pero la reciente crisis ha complicado aún más la situación.
La salida de Micó también tiene implicaciones prácticas en el Congreso. Con su partida, Sumar se enfrenta a la posibilidad de perder más diputados, lo que podría debilitar su posición en el Parlamento. La formación comenzó la legislatura con 31 diputados, pero ha visto una reducción significativa en su número, lo que plantea serias dudas sobre su capacidad para influir en la agenda legislativa.
### El Futuro de Sumar y la Coalición
La crisis en Sumar no solo afecta a la coalición en el Congreso, sino que también plantea preguntas sobre su futuro como fuerza política. La posibilidad de que otros diputados sigan el ejemplo de Micó y se unan al Grupo Mixto podría debilitar aún más la cohesión de la coalición. En este contexto, Més per Mallorca se encuentra en una encrucijada, debatiendo si continuar en la coalición o seguir el camino de Compromís.
La dirección de Sumar ha expresado su deseo de mantener la unidad, pero la falta de un acuerdo claro y la creciente presión por parte de sus aliados han complicado la situación. La percepción de que Sumar no ha cumplido con sus promesas de confederalidad ha llevado a un aumento del descontento entre sus miembros, lo que podría resultar en más bajas en el futuro.
El escándalo de corrupción que ha afectado al PSOE también ha sido un factor determinante en la crisis actual. La negativa de Sumar a salir del Gobierno ha sido vista como un obstáculo para la regeneración democrática que muchos en la coalición consideran necesaria. La falta de un compromiso claro por parte del PSOE para abordar las preocupaciones de sus socios ha llevado a un clima de desconfianza que podría resultar en más rupturas.
En este contexto, Sumar se enfrenta a un desafío significativo: encontrar una manera de mantener la cohesión interna mientras navega por un entorno político cada vez más complejo. La necesidad de establecer alianzas efectivas y de abordar las preocupaciones de sus miembros será crucial para su supervivencia en el futuro. La situación actual es un recordatorio de que las coaliciones políticas son frágiles y requieren un esfuerzo constante para mantener la unidad y la confianza entre sus miembros.