En el barrio de Vicálvaro, Madrid, se ha desatado una controversia significativa en torno a la apertura de un centro de acogida para personas sin hogar. Este proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, ha sido objeto de protestas por parte de grupos de extrema derecha, mientras que organizaciones vecinales han respondido con movilizaciones en favor de la convivencia y la inclusión. La situación refleja tensiones más amplias en la sociedad española sobre la migración, el sinhogarismo y la cohesión social.
La construcción del centro de acogida, que se espera esté operativo en marzo de 2026, ha sido presentada como una solución a la creciente necesidad de apoyo para las personas en situación de calle. Con una inversión de 8 millones de euros, el centro podrá albergar hasta 150 personas. Sin embargo, la llegada de este servicio ha sido utilizada por el grupo ultraderechista Núcleo Nacional como un pretexto para movilizar a sus seguidores, quienes han vinculado el sinhogarismo con la migración, lanzando consignas que fomentan el miedo y la división.
### La Respuesta de la Comunidad Vecinal
En respuesta a la convocatoria de Núcleo Nacional, diversas asociaciones vecinales de Vicálvaro, como Resistiremos Vicálvaro y Valdebernardo, organizaron una contramanifestación para defender la convivencia en el barrio. Bajo el lema “Vicálvaro por la convivencia. Contra el fascismo”, los vecinos se reunieron en los Jardines de las Brigadas Internacionales, a escasa distancia de la concentración de la extrema derecha. A pesar de la advertencia policial de que podrían ser sancionados por su participación, los asistentes se mostraron firmes en su apoyo a la inclusión y el respeto mutuo.
Carlota Álvarez, una de las integrantes de Resistiremos Vicálvaro, expresó su sorpresa ante la movilización de los ultraderechistas, afirmando que la comunidad ha convivido en armonía, a pesar de contar con un 40% de población migrante. “Son ellos quienes rompen la convivencia, no las personas sin hogar ni los niños no acompañados”, subrayó Álvarez, resaltando la necesidad de abordar la falta de servicios públicos de calidad en el distrito, que ha sido aprovechada por la extrema derecha para difundir bulos y mentiras.
### La Polarización del Debate Social
La situación en Vicálvaro es un reflejo de un debate más amplio que se está desarrollando en toda España sobre la migración y la atención a las personas en situación de vulnerabilidad. La concentración de Núcleo Nacional, que reunió a aproximadamente 250 personas, estuvo marcada por discursos que promovían la unidad de España y rechazaban la migración. Los asistentes, en su mayoría no residentes del barrio, corearon consignas que evocaban el franquismo y realizaron gestos asociados a la ideología fascista.
Por otro lado, las organizaciones vecinales han enfatizado que la falta de servicios públicos adecuados, como la sanidad y la educación, es un problema que afecta a todos los residentes de Vicálvaro. En su manifiesto, los convocantes de la contramanifestación exigieron al Ayuntamiento que priorizara la mejora de estos servicios antes de abrir nuevos centros de acogida. “¿Por qué estos centros no se instalan en zonas más céntricas o de mayor nivel económico?”, cuestionaron, demandando una atención equitativa para todos los ciudadanos.
La construcción del centro de acogida ha suscitado preocupaciones sobre su ubicación en un polígono industrial, lejos de servicios básicos y transporte público. Los vecinos temen que esta situación no favorezca la inserción social de las personas que utilizarán el albergue. “Todo el mundo tiene derecho a un techo, pero también a un entorno que les permita buscar trabajo y reintegrarse en la sociedad”, argumentó Álvarez, quien destacó que muchas de las personas que pasarán por el centro ya tienen empleo, pero no pueden permitirse una vivienda en Madrid.
La polarización del debate en torno a la migración y el sinhogarismo en España es un fenómeno que se ha intensificado en los últimos años, alimentado por discursos políticos que a menudo utilizan el miedo como herramienta. La situación en Vicálvaro es un claro ejemplo de cómo estas tensiones pueden manifestarse a nivel local, afectando la convivencia y la cohesión social en comunidades que, como Vicálvaro, han sido históricamente espacios de diversidad y respeto mutuo. Las movilizaciones en defensa de la convivencia y la inclusión son un recordatorio de que, a pesar de los intentos de división, hay una fuerte voluntad comunitaria de trabajar por un entorno más justo y solidario para todos.