La reciente implementación de un nuevo procedimiento para la toma de muestras de orina en el ámbito militar ha desatado una ola de críticas y preocupaciones entre los miembros de las Fuerzas Armadas. La Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) ha sido la voz más destacada en esta controversia, argumentando que el nuevo protocolo es “humillante, discriminatorio y contrario a los derechos constitucionales” del personal militar. Esta situación ha llevado a la asociación a emprender acciones administrativas y presentar una queja formal ante el Defensor del Pueblo, buscando la eliminación de la obligación de orinar bajo la observación directa de los genitales.
El nuevo procedimiento, establecido por la Instrucción Técnica 01/2025 de la Inspección General de Sanidad de la Defensa, exige que los militares realicen la micción “bajo observación visual directa de un testigo”. Esta norma especifica que el testigo debe estar presente durante la emisión de la orina, asegurando la vista de la salida de la muestra del cuerpo de la persona que realiza la micción, sin ninguna obstrucción. ATME ha denunciado que esta práctica es “profundamente degradante” y que no tiene precedentes en otros cuerpos de empleados públicos en España, lo que la convierte en una medida discriminatoria que menoscaba la dignidad profesional y personal de los militares.
### La Dignidad y los Derechos Fundamentales en el Ejercicio Militar
La dignidad de la persona es un principio fundamental recogido en la Constitución Española, y ATME argumenta que el nuevo procedimiento de análisis de orina vulnera este principio, así como la prohibición de tratos degradantes. La asociación ha señalado que, a diferencia de otros cuerpos de empleados públicos, como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el personal penitenciario o el judicial, los militares están sometidos a un régimen de control que no solo es más estricto, sino que también es considerado como una intromisión en su intimidad.
ATME ha manifestado que ser militar no debería implicar la renuncia a los derechos fundamentales, y que la obligación de someterse a este tipo de controles es una forma de presunción de deslealtad. La asociación ha hecho hincapié en que esta medida no solo es una violación de la dignidad, sino que también puede tener un impacto negativo en la moral y la cohesión de las tropas, afectando su desempeño y bienestar.
La preocupación por la dignidad de los militares no es un tema nuevo. A lo largo de la historia, ha habido debates sobre el trato que reciben los miembros de las Fuerzas Armadas, especialmente en lo que respecta a sus derechos y condiciones laborales. La implementación de procedimientos que son percibidos como degradantes puede generar un ambiente de desconfianza y descontento entre los efectivos, lo que podría repercutir en la eficacia de las operaciones militares.
### La Justificación de los Controles de Orina en el Ámbito Militar
Los controles de orina en las Fuerzas Armadas tienen como objetivo principal detectar el consumo de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas. Este tipo de análisis es crucial para garantizar que los efectivos se encuentren en condiciones óptimas para realizar sus funciones, ya que el consumo de estas sustancias puede afectar la aptitud física, la disciplina y la seguridad operacional.
La obligación de someterse a estos controles está respaldada legalmente y se enmarca dentro de las medidas destinadas a prevenir riesgos para la salud y la seguridad del servicio. Sin embargo, ATME ha cuestionado la forma en que se están llevando a cabo estos procedimientos, argumentando que existen normas que regulan cómo deben realizarse las pruebas para garantizar los derechos fundamentales de los militares, como la intimidad y la dignidad.
Además, la asociación ha señalado que el consumo de drogas en el ámbito militar puede constituir una falta disciplinaria muy grave, especialmente si se produce de manera reiterada o afecta directamente al cumplimiento del servicio. En casos extremos, el consumo de sustancias durante el servicio puede tener implicaciones penales, según el Código Penal Militar. Sin embargo, ATME sostiene que la forma en que se están llevando a cabo los controles de orina no solo es ineficaz, sino que también puede ser contraproducente, generando un ambiente de desconfianza y malestar entre los efectivos.
La controversia en torno a los nuevos procedimientos de análisis de orina refleja un dilema más amplio sobre cómo equilibrar la necesidad de mantener la disciplina y la seguridad en las Fuerzas Armadas con el respeto a los derechos fundamentales de los militares. La discusión sobre este tema es esencial para garantizar que los procedimientos implementados no solo sean efectivos, sino también justos y respetuosos con la dignidad de quienes sirven en el ejército.
En este contexto, es fundamental que las autoridades militares escuchen las preocupaciones expresadas por organizaciones como ATME y consideren la posibilidad de revisar y modificar los procedimientos actuales para asegurar que se alineen con los principios de dignidad y respeto a los derechos humanos. La implementación de medidas que protejan tanto la seguridad operacional como los derechos de los militares es crucial para mantener la moral y la efectividad de las Fuerzas Armadas en su conjunto.