El agua salada salpicaba a Aboubacar Bassinga en cada coletazo del caprichoso y temido mar. No sabía dónde estaba ni cuántas horas habían pasado desde que embarcó rumbo a España; el tiempo se desdibujó entre el oleaje, el hambre y el frío. Este joven costamarfileño, nuevo fichaje de la Agrupación Deportiva Ceuta, tiene una historia detrás que es un verdadero testimonio de perseverancia y esperanza.
### Un Viaje de Más de 3.000 Kilómetros
La travesía de Bassinga comenzó a los 14 años, cuando decidió dejar su hogar en Mali en busca de un futuro mejor. Con un recorrido que abarcó más de 3.000 kilómetros, su viaje lo llevó a través de Mauritania y finalmente a las Islas Canarias. En su camino, enfrentó innumerables adversidades, pero su determinación por alcanzar su sueño de convertirse en futbolista profesional lo mantuvo en marcha.
Durante esos cuatro días en el mar, los crujidos del cayuco y los proverbios religiosos eran la sinfonía que acompañaba a Bassinga y a otros inmigrantes que compartían su destino. Miraban temblorosos hacia el horizonte, hasta que finalmente avistaron tierra, una isla que representaba la luz al final de un túnel largo y oscuro. Su llegada a las Islas Canarias fue un momento crucial en su vida, ya que fue acogido en un centro de menores donde pudo comenzar a reconstruir su vida.
### La Oportunidad que Cambió Su Vida
El 14 de febrero de 2020, justo antes de que la pandemia del COVID-19 alterara el mundo, Bassinga tuvo la oportunidad de jugar al fútbol en un ambiente donde la diversión y el respeto eran la norma. Durante uno de esos partidos, un taxista que pasaba por allí quedó impresionado por su talento y decidió hablar con el director deportivo de la U.D. Las Palmas. Este encuentro fortuito cambió el rumbo de su vida, ya que fue incorporado a la cantera del club canario.
La magistrada Reyes Martel desempeñó un papel fundamental en su historia. Ella logró cambiar una legislación que impedía a los menores extranjeros jugar en equipos federados, lo que permitió a Bassinga y a otros jóvenes como él tener la oportunidad de desarrollar su talento en el deporte. Esta iniciativa fue parte de un proyecto más amplio que promovía la inclusión social y el apoyo al deporte base en Gran Canaria.
Con el apoyo de la U.D. Las Palmas, Bassinga comenzó a escalar en el mundo del fútbol. Su debut con el primer equipo llegó en un partido de Copa del Rey contra su máximo rival, el Tenerife. La emoción de pisar el campo era indescriptible; cada recuerdo de su sufrimiento en el mar se desvanecía mientras se concentraba en el juego. Posteriormente, tuvo la oportunidad de debutar en la liga ante el Sevilla Fútbol Club, donde fue recibido con aplausos y admiración por parte de la afición.
### Un Futuro Brillante en la AD Ceuta
Después de su paso por la U.D. Las Palmas, Bassinga fue cedido al Mirandés para continuar su desarrollo como futbolista. Ahora, se encuentra en la Agrupación Deportiva Ceuta, donde espera dar un salto de calidad y aprender todos los conceptos posibles bajo la dirección de José Juan Romero. Su historia es un recordatorio de que detrás de cada cicatriz hay una historia de lucha y superación.
Aboubacar Bassinga no solo es un futbolista profesional; es un símbolo de esperanza para muchos que enfrentan adversidades similares. Su determinación y su amor por el fútbol lo han llevado a donde está hoy, y su historia continúa inspirando a quienes lo rodean. En el campo, se convierte en un todoterreno que no da por perdido ni un balón, recordando siempre a aquellos que quedaron en el camino y a las voces que se perdieron en el Atlántico. Con cada partido que juega, Bassinga lleva consigo el peso de su historia, pero también la esperanza de un futuro brillante en el mundo del fútbol.