La situación financiera de Vox ha suscitado una serie de controversias en los últimos años, especialmente en lo que respecta a su dependencia de financiación extranjera y las transferencias millonarias a su fundación, Disenso. Este artículo explora los detalles de estas prácticas y las implicaciones que tienen para el partido y su imagen pública.
### La Dependencia Financiera de Vox
Desde su fundación, Vox ha enfrentado desafíos económicos significativos. En 2024, el partido reveló que había solicitado un préstamo de 7 millones de euros a MBH Bank, una entidad húngara vinculada al gobierno de Viktor Orbán. Este préstamo se solicitó en un contexto de problemas de liquidez, exacerbados por la caída de las cuotas de afiliados y la reducción de las subvenciones públicas que recibe, las cuales son proporcionales al número de escaños que el partido obtiene en el Parlamento.
Este no es un caso aislado; en 2023, Vox ya había recurrido a la misma entidad para obtener 6,7 millones de euros. La necesidad de recurrir a financiación extranjera ha generado críticas y preocupaciones sobre la independencia del partido y su capacidad para operar sin la influencia de gobiernos extranjeros.
A pesar de estos problemas financieros, Vox ha continuado transfiriendo fondos a su fundación, Disenso. En 2023, la fundación recibió 2,5 millones de euros de Vox, y en 2024, aunque la cantidad fue menor, se le adelantó un millón de euros. Esta dinámica ha llevado a cuestionamientos sobre la transparencia y el uso de estos fondos, especialmente dado que Disenso se presenta como un think tank que promueve ideas de ultraderecha.
### Disenso: Un Think Tank con Controversias
Disenso fue creada en 2020 por Santiago Abascal, líder de Vox, y tiene como objetivo promover la defensa de la vida, la familia y la herencia de la civilización occidental. Sin embargo, su funcionamiento y la forma en que se financia han sido objeto de críticas. La fundación utiliza los fondos que recibe para publicar artículos y promover eventos que alinean con la ideología del partido, lo que plantea preguntas sobre la separación entre el partido político y su fundación.
Los críticos han señalado que gran parte del dinero transferido a Disenso se destina a salarios y a pagar a proveedores, muchos de los cuales no son transparentes. Aunque la fundación publica sus cuentas, las de 2024 aún no han sido divulgadas, lo que alimenta la desconfianza entre algunos militantes y observadores externos.
En 2023, Disenso gastó 1,2 millones de euros en gastos de personal, un aumento significativo respecto al año anterior. Esto incluye salarios de 26 empleados, donde el director de la fundación, Jorge Martín Frías, percibe un salario de 91.000 euros, muy por encima del salario medio en España. Esta situación ha llevado a algunos a cuestionar la justificación de los altos salarios en un contexto de dificultades financieras para el partido.
La relación entre Vox y Disenso ha sido defendida por el secretario general del partido, Ignacio Garriga, quien ha argumentado que “Vox es Disenso y Disenso es Vox”, enfatizando la interconexión entre ambas entidades. Sin embargo, esta afirmación ha sido recibida con escepticismo por aquellos que ven en esta relación una forma de eludir la regulación sobre la financiación de partidos políticos.
### Implicaciones Legales y Críticas Internas
La financiación de Vox ha sido objeto de investigaciones y denuncias. El PSOE ha llevado el caso a la Fiscalía, argumentando que la ley prohíbe la financiación de partidos políticos por parte de gobiernos o entidades extranjeras. La relación de Vox con MBH Bank, que tiene vínculos directos con el gobierno húngaro, plantea serias dudas sobre la legalidad de estas transacciones.
Además, la situación ha generado tensiones internas dentro del partido. Algunos miembros han expresado su preocupación por la falta de transparencia y la dirección que está tomando Vox bajo el liderazgo de Abascal. Las reformas estatutarias que han reforzado el control de Abascal sobre el partido han llevado a la expulsión de críticos y a la imposición de sanciones a aquellos que se atrevan a cuestionar las decisiones del liderazgo.
La combinación de problemas financieros, dependencia de financiación extranjera y la falta de transparencia en la gestión de Disenso ha creado un ambiente de incertidumbre en Vox. A medida que el partido se prepara para enfrentar elecciones futuras, la forma en que maneje estas cuestiones podría tener un impacto significativo en su imagen y en su capacidad para atraer a nuevos votantes.
La situación actual de Vox y su fundación Disenso es un claro ejemplo de cómo la financiación política puede influir en la dinámica interna de un partido y en su relación con el electorado. A medida que se desarrollan los acontecimientos, será crucial observar cómo el partido aborda estas preocupaciones y si logra mantener la confianza de sus militantes y simpatizantes.
