La playa del Desnarigado, un enclave natural de gran belleza en Ceuta, ha sido objeto de críticas por su estado de abandono y la falta de gestión adecuada. Este verano, la playa ha renovado su bandera negra, un símbolo que denuncia la mala administración del patrimonio y el deterioro del entorno. La situación ha sido documentada en un informe elaborado por la asociación Septem Nostra en colaboración con Ecologistas en Acción, que destaca la necesidad urgente de intervención en esta área protegida.
### Abandono y Deterioro del Entorno
La calificación de la playa del Desnarigado como un lugar que ondea la bandera negra se debe a múltiples factores. En primer lugar, se menciona la mala administración del patrimonio, especialmente en relación con las murallas que bordean la playa. Estas estructuras, que son parte del legado histórico de la ciudad, han sido descuidadas y carecen de un plan de restauración adecuado. La falta de vigilancia y señalización en el área ha llevado a un deterioro significativo, lo que representa un riesgo tanto para el medio ambiente como para los visitantes.
Óscar Ocaña, vicepresidente de Septem Nostra, ha señalado que el informe revela tanto una mala como una buena noticia. La mala noticia es el evidente abandono y la falta de acciones en materia de medio ambiente, mientras que la buena noticia es que no se han registrado nuevas problemáticas en comparación con el año anterior. Sin embargo, esto no debe ser motivo de complacencia, ya que la situación sigue siendo crítica.
El informe también destaca la reciente identificación de nuevos ejemplares de vida marina en las cercanías de Punta Almina y Benzú, lo que aumenta el valor natural de la zona. Sin embargo, la falta de ordenación y gestión adecuada de las aguas que rodean la playa del Desnarigado pone en peligro estos nuevos hallazgos. La ausencia de control permite que las embarcaciones naveguen a altas velocidades y que la pesca se realice sin restricciones, lo que genera un impacto negativo en el ecosistema marino.
### Propuestas para la Recuperación
La situación en la playa del Desnarigado no solo es un problema ambiental, sino que también plantea cuestiones de seguridad para los visitantes. La falta de un plan de restauración para las murallas y la ausencia de medidas de protección han llevado a situaciones peligrosas, como desprendimientos que han ocurrido en el pasado. La última gran caída de rocas se registró en 2021, y desde entonces no se ha implementado ninguna solución efectiva.
Ocaña ha propuesto varias soluciones para abordar estos problemas. En primer lugar, sugiere la restauración de las murallas y la implementación de un plan de gestión y vigilancia del LIC (Lugar de Interés Comunitario) del Monte Hacho. Esta estrategia podría llevarse a cabo de manera gradual, permitiendo que las autoridades locales y nacionales trabajen en conjunto para mejorar la situación.
Además, se ha planteado la necesidad de reubicar la Almadraba, una técnica de pesca que ha generado impactos negativos en la fauna marina, incluyendo la captura accidental de especies como tortugas y cetáceos. La propuesta incluye la creación de un plan de sostenibilidad que garantice que las prácticas pesqueras no afecten a la biodiversidad del área. Ocaña ha enfatizado que es posible pescar de manera responsable y proteger el medio ambiente al mismo tiempo.
La falta de interés por parte de las autoridades también ha sido un tema recurrente en las declaraciones de los ecologistas. La percepción de que no existe una sensibilidad hacia la conservación del entorno natural es preocupante. Ocaña ha instado a la administración a tomar medidas y a involucrar a la sociedad civil en la búsqueda de soluciones. La colaboración entre las autoridades y los ciudadanos es fundamental para lograr un cambio positivo en la gestión de la playa del Desnarigado y su entorno.
La situación actual de la playa del Desnarigado es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas áreas naturales en España. La falta de atención y recursos para la conservación del patrimonio y el medio ambiente es un problema que se repite en diversas localidades. Sin embargo, con un enfoque proactivo y la voluntad de trabajar juntos, es posible revertir esta tendencia y asegurar que la belleza natural de Ceuta se preserve para las futuras generaciones.