La situación política en España se encuentra en un punto crítico, especialmente para la coalición Sumar, que enfrenta una posible ruptura con Compromís. Esta crisis se intensifica a medida que se acercan las elecciones generales, lo que añade presión sobre los líderes de ambos grupos para encontrar una solución que evite una fractura irreversible. La tensión ha surgido tras la presentación de un plan de trabajo para la comisión de la DANA en el Congreso, que ha dejado a Compromís sintiéndose traicionado y sin voz en un asunto que consideran crucial para los intereses valencianos.
**El Descontento de Compromís**
Compromís, una coalición de partidos valencianos, ha expresado su descontento con la dirección que ha tomado Sumar, especialmente en lo que respecta a la gestión de la DANA, un desastre natural que dejó a 228 personas fallecidas. La coalición valenciana ha estado a la vanguardia de las iniciativas relacionadas con este tema y esperaba liderar las peticiones para las comparecencias en la comisión del Congreso. Sin embargo, la decisión de Sumar de no incluir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la lista de comparecientes ha provocado un fuerte malestar. Compromís considera que esta decisión no solo es desleal, sino que también infringe el acuerdo de coalición que les otorgaba autonomía en asuntos valencianos.
El debate interno en Compromís ha llevado a sus tres partidos a discutir si deben permanecer en el grupo parlamentario de Sumar. Més, el partido más grande de la coalición, ha decidido por unanimidad salir del grupo para poder defender mejor los intereses de la Comunidad Valenciana. Este movimiento refleja una creciente frustración con Sumar, que, según ellos, no ha cumplido con los compromisos acordados hace dos años. La situación es delicada, ya que cualquier ruptura podría debilitar aún más a Sumar en un momento en que la oposición está pidiendo elecciones anticipadas.
**Las Estrategias de Sumar**
Por su parte, Sumar está buscando vías de negociación para evitar una ruptura. La portavoz del grupo, Verónica Martínez, ha hecho un llamado al diálogo, mientras que otros miembros han expresado la necesidad de encontrar un terreno común. Sin embargo, la inclusión de Pedro Sánchez en la comisión sigue siendo un punto de conflicto. Para Sumar, aceptar esta propuesta podría ser visto como un error estratégico, ya que podría dar la impresión de que están cediendo ante la presión de Compromís y, al mismo tiempo, abrir la puerta a críticas desde la derecha.
El contexto electoral también juega un papel importante en esta crisis. Con las elecciones generales a la vista, cada partido está tomando decisiones que podrían influir en su futuro político. Compromís, al igual que otros partidos, está intentando posicionarse de manera que maximice su influencia y representación en la próxima legislatura. Esto ha llevado a algunos a especular que la crisis actual podría ser parte de una estrategia más amplia para desafiar al Partido Socialista en la Comunidad Valenciana.
La historia reciente de la coalición Sumar está marcada por tensiones internas y divisiones, desde la escisión de Podemos hasta la salida de figuras clave. La posibilidad de que Compromís se retire del grupo parlamentario no solo afectaría el número de escaños de Sumar, que pasaría de 31 a 25, sino que también podría tener un impacto simbólico significativo, debilitando la imagen de unidad que la coalición ha intentado proyectar.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, la presión sobre los líderes de Sumar y Compromís para encontrar una solución se intensifica. La falta de consenso y la creciente desconfianza entre las partes podrían llevar a una ruptura que tendría repercusiones no solo para los partidos involucrados, sino también para el panorama político en su conjunto. La situación es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las coaliciones en un sistema político fragmentado, donde la unidad es esencial para la supervivencia y el éxito electoral.