Las ciudades más pobladas de Estados Unidos enfrentan un problema creciente que podría tener consecuencias devastadoras: el hundimiento del terreno. Un estudio reciente ha revelado que 25 de las 28 ciudades más grandes del país están experimentando subsidencia, un fenómeno que no solo afecta a las urbes costeras, sino también a importantes núcleos urbanos en el interior. Este artículo explora las causas, las ciudades más afectadas y las posibles soluciones a este preocupante fenómeno.
### Causas del hundimiento urbano
La investigación, liderada por un equipo de científicos del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Columbia Climate School, ha utilizado tecnología satelital de alta precisión para cartografiar los movimientos verticales del terreno en cuadrículas de 28 metros cuadrados. Los resultados son alarmantes: más de dos tercios de la superficie de las ciudades analizadas está experimentando hundimiento. La principal causa de este fenómeno se ha identificado como la extracción de agua subterránea, que es responsable del 80% del hundimiento total. Cuando se extrae agua de acuíferos compuestos por sedimentos finos sin permitir que estos se recarguen, los espacios porosos colapsan, lo que provoca una compactación del suelo y, en consecuencia, el hundimiento de la superficie.
En Texas, este problema se agrava por la extracción de petróleo y gas natural. Las ciudades de Houston, Fort Worth y Dallas se encuentran entre las más afectadas, con Houston liderando el ranking de hundimiento urbano. En esta ciudad, más del 40% del área urbana está descendiendo a un ritmo superior a 5 milímetros anuales, y en algunas zonas, el descenso alcanza los 5 centímetros por año. Otras ciudades críticas incluyen Nueva York, Las Vegas, Washington D.C. y San Francisco, donde el hundimiento también es significativo.
### Consecuencias del hundimiento y riesgos estructurales
El hundimiento del terreno no solo representa un problema geológico, sino que también plantea serios riesgos estructurales. Un fenómeno conocido como “movimiento diferencial” ocurre cuando áreas adyacentes se hunden a diferentes velocidades, lo que genera tensiones que pueden comprometer la integridad de edificios e infraestructuras. El estudio ha identificado aproximadamente 29,000 edificios ubicados en zonas de alto o muy alto riesgo de daños estructurales debido a estos movimientos. Las ciudades más expuestas a este fenómeno incluyen San Antonio, donde 1 de cada 45 edificios está en riesgo alto, y Austin, donde 1 de cada 71 edificios enfrenta un riesgo similar.
Además, el hundimiento del terreno ha llevado a que aproximadamente 34 millones de personas vivan en áreas afectadas. Ocho ciudades, entre ellas Nueva York, Chicago y Los Ángeles, concentran más del 60% de esta población. Estas urbes han experimentado más de 90 inundaciones significativas desde el año 2000, un problema que se ve exacerbado por el descenso topográfico causado por la subsidencia. Las inundaciones no solo afectan a la infraestructura, sino que también representan un riesgo para la vida y la seguridad de los residentes.
### Causas naturales y antropogénicas
Además de la extracción de recursos subterráneos, existen causas naturales que contribuyen al hundimiento del terreno. Por ejemplo, el peso de la antigua capa de hielo que cubrió gran parte de Norteamérica hace unos 20,000 años ha provocado que la tierra a lo largo de sus bordes se abombe hacia arriba. Este fenómeno continúa afectando a ciudades como Nueva York y Chicago, donde la tierra se hunde entre 1 y 3 milímetros anuales. Asimismo, el peso de las edificaciones podría estar acelerando el hundimiento en algunas áreas. Un estudio reciente sugiere que los más de un millón de edificios en Nueva York presionan tanto sobre la superficie terrestre que podrían estar contribuyendo al problema.
### Necesidad de soluciones adaptativas
Ante esta alarmante situación, los investigadores instan a las ciudades a aprovechar la nueva información para implementar soluciones efectivas. En zonas propensas a inundaciones, se recomienda elevar el terreno, mejorar los sistemas de drenaje y desarrollar infraestructuras verdes, como humedales artificiales, que puedan absorber el exceso de agua. Para las áreas susceptibles a peligros de inclinación, se sugiere adaptar los edificios existentes, integrar los movimientos del terreno en los códigos de construcción y limitar las nuevas edificaciones en las zonas de mayor riesgo.
“En lugar de simplemente señalar que es un problema, podemos responder, abordarlo, mitigarlo y adaptarnos”, afirma uno de los investigadores. La necesidad de actuar es urgente, y las ciudades deben comenzar a implementar estrategias que les permitan enfrentar este fenómeno antes de que sea demasiado tarde. La combinación de un crecimiento demográfico continuo, el aumento del consumo de agua y las sequías inducidas por el cambio climático probablemente intensificará el hundimiento en los próximos años, haciendo que la acción proactiva sea más crucial que nunca.