El pasado domingo, un robo de cable en la provincia de Toledo provocó un caos significativo en el servicio ferroviario de alta velocidad que conecta Madrid y Sevilla, afectando a más de 10.700 pasajeros y causando retrasos en al menos 30 trenes. Este incidente no solo interrumpió la circulación de trenes en la línea, sino que también dejó a cientos de viajeros varados en la estación de Córdoba, un punto neurálgico en el sistema ferroviario español.
La situación se tornó crítica a medida que avanzaba el día. A las 09:30 horas del lunes, el servicio aún no se había restablecido, lo que generó una atmósfera de incertidumbre entre los pasajeros que esperaban información sobre sus viajes. Según Adif, la empresa encargada de la infraestructura ferroviaria, los trenes que partían de Andalucía, incluyendo los de Córdoba Central, experimentarían demoras considerables. En un comunicado en su perfil oficial de la red social X, Adif informó que sus técnicos estaban trabajando para reparar las averías y reponer el material robado.
La gravedad del incidente fue subrayada por el ministro de Transportes, Óscar Puente, quien lo calificó como “un acto grave de sabotaje” y solicitó la colaboración ciudadana para identificar a los responsables. Este robo de cable no solo afectó a los trenes de alta velocidad, sino que también interrumpió los servicios de Larga Distancia y AVANT, provocando retrasos que oscilaron entre 25 minutos y más de una hora.
### La Respuesta de las Autoridades y el Proceso de Reparación
A medida que la situación se desarrollaba, las autoridades comenzaron a movilizar recursos para abordar el problema. Equipos de reparación fueron enviados de inmediato a la zona afectada, que abarca los municipios de Los Yébenes y Manzaneque, donde se habían producido los robos. El ministro Puente también destacó que la Guardia Civil estaba investigando el caso, que involucraba cuatro robos en un área de 10 kilómetros, lo que complicaba aún más la recuperación del servicio.
Durante la noche, el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, exigió al Gobierno que diera “máxima prioridad” a la resolución del problema, enfatizando la necesidad de ofrecer alternativas a los viajeros atrapados. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también se pronunció sobre la situación, describiéndola como “una calamidad diaria” que perjudica la economía y la imagen del país.
A pesar de los esfuerzos, la situación continuó siendo tensa. A las 09:44 horas del lunes, la cuenta oficial de Inforenfe en la red social X anunció que los trenes con origen en Andalucía y destino Madrid habían comenzado a circular nuevamente, aunque se esperaba que el servicio se normalizara gradualmente a lo largo del día. Sin embargo, los retrasos continuaron afectando a los trenes que operan entre Madrid y Sevilla, que no podían alcanzar su velocidad habitual debido a las averías en la infraestructura.
### Consecuencias para los Viajeros y el Sistema Ferroviario
El impacto del robo de cable se sintió profundamente entre los viajeros, muchos de los cuales regresaban a casa tras el puente del Primero de Mayo. La estación de Córdoba se convirtió en un punto de espera lleno de incertidumbre, con pasajeros que buscaban información sobre sus trenes y alternativas para llegar a sus destinos. La situación se complicó aún más por la necesidad de anular las últimas salidas de la estación de Atocha en Madrid, que permaneció abierta durante la noche para facilitar la llegada de los viajeros afectados.
Además de los problemas causados por el robo de cable, un tren de Iryo también sufrió un enganchón en la catenaria, lo que requirió su transbordo y la restitución de la catenaria para restablecer la circulación. Esto añadió más complicaciones a un sistema ya de por sí estresado, que se enfrenta a desafíos constantes en su infraestructura.
La situación del robo de cable en Toledo es un recordatorio de las vulnerabilidades que enfrenta el sistema ferroviario español. La necesidad de mejorar la seguridad y proteger la infraestructura crítica es más evidente que nunca, especialmente en un momento en que el transporte ferroviario se considera una alternativa sostenible y eficiente para los viajeros. Las autoridades deben tomar medidas para prevenir futuros incidentes y garantizar que los pasajeros puedan confiar en un servicio de trenes seguro y puntual.