La reciente decisión de la justicia boliviana de anular la orden de captura contra Evo Morales ha generado un gran revuelo en el ámbito político del país. La jueza departamental que tomó esta decisión ha permitido que el expresidente, quien gobernó Bolivia durante casi 14 años, recupere su libertad irrestricta. Sin embargo, el proceso judicial en su contra por un caso de trata de personas no ha terminado, ya que se reiniciará en un juzgado de Villa Tunari, un área que ha sido un bastión político y sindical para Morales.
La anulación de la orden de captura se produce en un contexto de tensiones políticas y judiciales. Nelson Cox, abogado defensor de Morales, confirmó que las autoridades de Tarija han sido notificadas de esta decisión, lo que significa que el exmandatario ya no enfrenta restricciones legales inmediatas. La jueza ha declarado que cualquier auto de rebeldía o mandamiento de aprehensión que pesara sobre Morales queda sin efecto, lo que abre la puerta a su defensa para argumentar su inocencia en el nuevo juicio que se llevará a cabo en Villa Tunari.
### Contexto del Caso Judicial
La historia de este caso se remonta a octubre de 2024, cuando la fiscal de Tarija, Sandra Gutiérrez, emitió una orden de captura contra Morales, acusándolo de tener un hijo con una menor de edad durante su mandato. Esta acusación ha sido objeto de controversia y debate, especialmente porque Morales ha sostenido que el proceso judicial ha estado lleno de irregularidades. En particular, su defensa argumenta que el caso fue cerrado en 2020 y que fue reabierto posteriormente con un nuevo tipo penal, lo que ha generado dudas sobre la legitimidad de las acusaciones.
El abogado Cox ha señalado que la defensa de Morales presentó un trámite de queja ante la jueza Lilian Moreno, solicitando que el caso fuera trasladado a un “juez natural” en Villa Tunari, donde reside el exmandatario. Este movimiento fue parte de una estrategia legal para asegurar que el juicio se realice en un entorno más favorable para Morales, quien ha mantenido un fuerte apoyo en esa región.
La situación se complicó en enero de 2025, cuando un tribunal de Tarija declaró a Morales en rebeldía por no presentarse a dos audiencias, alegando problemas de salud. Esto llevó a la justicia a prohibirle salir del país y a congelar sus bienes, lo que intensificó la presión sobre el exlíder del Movimiento al Socialismo (MAS). Durante este tiempo, sus seguidores organizaron bloqueos de carreteras en un intento de evitar su detención, lo que refleja la polarización política que rodea a Morales.
### La Reacción Política y el Futuro de Morales
A pesar de las dificultades legales, Evo Morales ha manifestado su intención de participar en las elecciones presidenciales programadas para el 17 de agosto de 2025. Sin embargo, su camino hacia la candidatura no está exento de obstáculos. La Constitución boliviana prohíbe la reelección continua o discontinua por más de una ocasión, lo que ha llevado a Morales a buscar alternativas para inscribirse como candidato, a pesar de haber sido apartado de la dirección del MAS, el partido que fundó y lideró durante casi tres décadas.
La oposición boliviana se presenta dividida ante las próximas elecciones, lo que podría beneficiar a Morales en su intento de regresar al poder. Ronald Catarí y Samuel Doria Medina han sido proclamados como candidatos de diferentes bloques opositores, mientras que Jorge ‘Tuto’ Quiroga ha denunciado irregularidades en el proceso electoral. Esta fragmentación en la oposición podría ofrecer a Morales una oportunidad para capitalizar el descontento y la falta de unidad entre sus adversarios.
El exmandatario y sus seguidores han planeado marchar hacia La Paz el 16 de mayo para formalizar su candidatura presidencial. Sin embargo, aún no han revelado el nombre del partido con el que se presentarán, lo que añade un elemento de incertidumbre a su estrategia electoral. La relación entre Morales y el actual presidente Luis Arce también ha sido tensa, marcada por diferencias en el manejo del gobierno y del MAS, lo que podría influir en el apoyo que Morales reciba en su búsqueda de un nuevo mandato.
La situación de Evo Morales es un reflejo de la complejidad del panorama político en Bolivia, donde las luchas de poder, las acusaciones judiciales y la búsqueda de legitimidad electoral se entrelazan en un contexto de alta polarización. A medida que se acercan las elecciones, la atención se centrará en cómo se desarrollarán los acontecimientos en torno a su caso y su posible regreso a la política activa.