El Faro de Punta Almina, ubicado en Ceuta, ha sido un faro emblemático que ha guiado a los barcos a través del Estrecho de Gibraltar durante más de 170 años. Desde su construcción en 1851, este faro ha experimentado diversas modificaciones y mejoras tecnológicas, manteniendo su relevancia en la navegación marítima. En este artículo, exploraremos la historia de este faro, su evolución a lo largo de los años y los recientes esfuerzos de modernización que buscan preservar su legado.
### Historia y Construcción del Faro
La historia del Faro de Punta Almina comienza en 1851, cuando el duque de Montpensier eligió el lugar para su construcción. La obra fue dirigida por el ingeniero Juan Martínez de la Villa, quien supervisó la edificación de la torre de siete metros de altura. La inauguración del faro tuvo lugar en diciembre de 1855, cuando se encendió por primera vez su luz, que en aquel entonces era proporcionada por una óptica de 920 milímetros de distancia focal.
Desde su inicio, el faro ha tenido un papel crucial en la seguridad marítima, guiando a los barcos que navegan por el estrecho. En sus primeros años, el faro contaba con tres fareros que se encargaban de su mantenimiento y operación. Con el paso del tiempo, la tecnología del faro ha evolucionado significativamente. En 1919, se instaló una nueva lente tallada a mano, que mejoró la visibilidad y el alcance de la luz. Esta lente, compuesta por cristales de roca y láminas de cobre, alcanzaba una altura de 3,5 metros.
A finales del siglo XX, en 1990, se realizó otra modificación importante al reemplazar el foco de giro lento por uno de 700 milímetros de distancia focal. Este cambio fue parte de un esfuerzo continuo por mejorar la eficiencia y efectividad del faro en su función de guía para los navegantes.
### Modernización y Futuro del Faro
En años recientes, el Faro de Punta Almina ha vuelto a ser objeto de atención mediática debido a la necesidad de modernización. Después de 28 años sin intervención, en 2023 se lanzó un proyecto para actualizar la señalización e iluminación del faro. A pesar de que la convocatoria inicial quedó desierta en dos ocasiones, finalmente se adjudicaron las obras a la empresa Mediterráneo Señales Marítimas en abril de 2024, con un presupuesto de 212.702 euros.
Este proyecto de modernización es crucial no solo para mantener la operatividad del faro, sino también para preservar su valor patrimonial. Según el ‘Catálogo de faros con valor patrimonial de España’ elaborado por el Ministerio de Cultura, el Faro de Punta Almina es un lugar de gran importancia histórica, que ha sido testigo de la evolución de la navegación marítima en la región.
La historia del faro también está entrelazada con la figura del duque de Montpensier, quien no solo eligió el sitio, sino que también contribuyó financieramente a su construcción. Su interés en la edificación del faro se originó tras su visita a Ceuta en 1849, donde reconoció la necesidad de una señalización adecuada para la navegación en el estrecho.
El Faro de Punta Almina no solo es un símbolo de la historia marítima de Ceuta, sino que también representa un legado cultural que ha sido transmitido a través de las generaciones de fareros que han trabajado en él. Junto a otros faros de la región, como el de Punta Doncella en Málaga y el de Cabo de Trafalgar en Cádiz, el Faro de Punta Almina sigue siendo un punto de referencia vital para los navegantes que cruzan el Estrecho de Gibraltar.
La modernización del faro no solo busca mejorar su funcionalidad, sino también garantizar que continúe siendo un símbolo de seguridad y guía para las embarcaciones que navegan en estas aguas. Con cada mejora y actualización, el Faro de Punta Almina reafirma su compromiso con la historia y la seguridad marítima, asegurando que su luz siga brillando para las generaciones futuras.