En una demostración de fuerza y unidad, Corea del Norte celebró el 80.º aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores con un desfile militar nocturno en la plaza de Kim Il-sung, en Pionyang. Este evento, que se ha convertido en una tradición en el régimen norcoreano, se llevó a cabo en un ambiente de opacidad, donde la propaganda oficial fue la única fuente de información sobre lo sucedido. La noche del desfile, el líder Kim Jong-un hizo hincapié en la importancia del poder militar para garantizar la soberanía del país, afirmando que Corea del Norte debe evolucionar hasta convertirse en una fuerza invencible que elimine todas las amenazas.
### La presentación del Hwasong-20
Uno de los momentos más destacados del desfile fue la presentación del nuevo misil balístico intercontinental Hwasong-20, considerado por el régimen como “el arma nuclear estratégica más poderosa”. Este misil, que se encuentra en desarrollo, utiliza combustible sólido, lo que le otorga una mayor operatividad en comparación con los modelos de combustible líquido. Según la información proporcionada por la agencia oficial de noticias KCNA, el Hwasong-20 tiene un alcance que podría cubrir todo el territorio de Estados Unidos, lo que representa un avance significativo en la capacidad militar del país.
Además del Hwasong-20, el desfile incluyó la exhibición de otros misiles balísticos, de crucero y supersónicos de corto alcance, que, según declaraciones anteriores del régimen, están destinados a Corea del Sur. Esta demostración de poderío militar no solo busca intimidar a los adversarios, sino también reafirmar la posición de Corea del Norte en el contexto geopolítico actual, donde las tensiones entre potencias como Estados Unidos y China están en aumento.
### La evolución de Kim Jong-un en la escena internacional
El desfile militar se produce en un momento en que Kim Jong-un ha logrado posicionarse como un líder relevante en la escena internacional. Su reciente visita a China, donde fue recibido con honores, marcó un hito en su carrera política, siendo la primera vez en seis años que un líder norcoreano participa en un evento multilateral en el país vecino. Durante esa visita, Kim fue visto junto a Xi Jinping y Vladímir Putin, lo que subraya su creciente importancia en el contexto geopolítico actual.
La relación entre Corea del Norte y China se ha fortalecido en los últimos años, especialmente en el contexto de la invasión rusa de Ucrania y las tensiones entre Estados Unidos y China. Durante el desfile, el primer ministro chino, Li Qiang, asistió como representante de su país, reafirmando la disposición de China para trabajar con Corea del Norte en asuntos internacionales y regionales. Esta colaboración se presenta como un contrapeso a la presión ejercida por Estados Unidos y sus aliados en la región.
La participación de Rusia en el desfile también fue notable, con la presencia del vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev. La exhibición de fuerzas especiales norcoreanas que combatieron en la batalla de Kursk, portando la bandera rusa, simboliza la creciente cooperación militar entre ambos países. Este tipo de eventos no solo refuerzan la imagen de Corea del Norte como un actor relevante en la política internacional, sino que también envían un mensaje claro a sus adversarios sobre la unidad y la determinación del régimen.
En su discurso durante el desfile, Kim Jong-un enfatizó que el país debe mantenerse firme ante las presiones externas y continuar desarrollando su capacidad militar. Afirmó que solo a través de un poder militar robusto se puede garantizar la soberanía de Corea del Norte, lo que refleja la ideología del régimen de que la fuerza es la única garantía de seguridad.
La celebración del 80.º aniversario del Partido de los Trabajadores no solo fue un evento militar, sino también una manifestación de la identidad nacional y la resistencia del pueblo norcoreano frente a lo que consideran amenazas externas. A medida que el régimen continúa desarrollando su arsenal militar y fortaleciendo sus lazos con aliados estratégicos, el futuro de la península de Corea y la estabilidad regional se mantienen en un delicado equilibrio, donde cada movimiento es observado con atención por la comunidad internacional.