La Tintilla de Rota, una variedad de uva con profundas raíces en la historia vitivinícola de Andalucía, se enfrenta a un futuro incierto tras la reciente decisión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de excluirla del Registro de Variedades Comerciales. Esta controversia ha desatado un torrente de reacciones entre viticultores y bodegueros de la provincia de Cádiz, quienes consideran que esta medida es unilateral e injustificada. La Tintilla de Rota, que en su día llegó a representar el 70% del tejido industrial de la Villa roteña, ha sido objeto de un estudio que la vincula genéticamente con la Graciano de Rioja, lo que ha llevado a su exclusión del registro. Sin embargo, los productores defienden su singularidad y la importancia cultural y económica de esta variedad.
La historia de la Tintilla de Rota se remonta a siglos atrás, con referencias que datan del siglo XVII y XVIII. El agrónomo Simón de Rojas Clemente, en su obra de 1807, destacó la importancia de esta uva en la región, señalando que era la más cultivada en Rota y sus alrededores. A pesar de su rica historia, la Tintilla de Rota ha estado al borde de la extinción, especialmente a mediados del siglo XX, cuando el abandono del cultivo y la competencia de otras variedades llevaron a su declive. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un resurgimiento en su producción, impulsado por el esfuerzo de bodegas locales y viticultores que han trabajado arduamente para recuperar esta variedad casi olvidada.
El reciente estudio del Instituto Madrileño de Investigación Agraria y Alimentaria (IMIA) ha sido clave en la controversia actual. Este estudio, que se basa en la caracterización genética de las vides, ha llevado a la conclusión de que la Tintilla de Rota y la Graciano son sinonimias, es decir, que son la misma variedad con diferentes nombres. Esta decisión ha generado un gran malestar entre los productores de Rota, quienes argumentan que, a pesar de las similitudes genéticas, existen diferencias significativas en las características ampelográficas y organolépticas de ambas variedades. La Tintilla de Rota se distingue por su menor producción y su única semilla, en contraste con la Graciano, que presenta múltiples semillas.
### La Resistencia de la Tintilla de Rota
La Tintilla de Rota no solo es un símbolo de la identidad vitivinícola de la región, sino que también representa un patrimonio cultural y social que los productores locales están decididos a proteger. José Antonio Rodríguez ‘Peque’, presidente de la asociación ‘TdeTintilla’, ha expresado su firme convicción de que, a pesar de la decisión del Ministerio, la Tintilla de Rota no desaparecerá. La asociación, que agrupa a medio centenar de productores, ha realizado importantes inversiones para rescatar esta variedad, que actualmente ocupa más de 50 hectáreas, en comparación con las apenas dos hectáreas que quedaban hace unas décadas.
El enojo en la comunidad vitivinícola de Rota es palpable. Muchos sienten que la decisión del Ministerio no solo amenaza su medio de vida, sino que también les ha robado una parte esencial de su identidad. La exclusión de la Tintilla de Rota del registro implica que los viticultores no podrán acceder a ayudas públicas, lo que podría tener un impacto devastador en la producción y comercialización de sus vinos. Además, existe la preocupación de que esta decisión permita a productores de otras regiones, como Rioja, comercializar vinos como Tintilla de Rota utilizando Graciano, lo que podría devaluar aún más la reputación de esta variedad tradicional.
La Tintilla de Rota ha demostrado ser resistente a diversas enfermedades, lo que la convierte en una opción viable para los viticultores de la región. Sin embargo, su sensibilidad a la sequía y a la botritis (pudrición) plantea desafíos en su cultivo. A pesar de estos obstáculos, la Tintilla de Rota ha encontrado un lugar en el mercado, con bodegas que elaboran tanto vinos secos como dulces, y que han comenzado a ganar reconocimiento internacional. La labor de bodegas como El Gato, que ha estado produciendo vino de Tintilla desde 1957, ha sido fundamental en la recuperación de esta variedad.
### Un Futuro Incierto
La decisión del MAPA de excluir la Tintilla de Rota del registro ha sido recibida con críticas no solo por parte de los productores locales, sino también por expertos en viticultura. Muchos consideran que la caracterización molecular utilizada para justificar esta decisión es insuficiente y no refleja la realidad de las diferencias entre las variedades. Belén Puertas, investigadora del Rancho de la Merced, ha señalado que, aunque la caracterización molecular puede ser útil en algunos casos, no es adecuada para diferenciar todas las variedades de uva, como es el caso de la Tintilla de Rota y la Graciano.
La exclusión de la Tintilla de Rota del registro también plantea preguntas sobre el futuro de esta variedad en el contexto de las políticas agrícolas europeas. La directriz de Bruselas que busca suprimir los nombres propios de las variedades de uva ha generado preocupación entre los productores, quienes ven en esto un ataque a su patrimonio vitícola. La falta de apoyo institucional y la presión de lobbies más poderosos, como el de Rioja, han llevado a muchos a cuestionar la equidad del sistema.
A medida que la comunidad vitivinícola de Rota se moviliza para defender su patrimonio, la situación de la Tintilla de Rota se convierte en un símbolo de la lucha por la identidad y la tradición en un mundo donde las decisiones burocráticas pueden tener un impacto profundo en la vida de las personas. La historia de la Tintilla de Rota es un recordatorio de la importancia de preservar las variedades autóctonas y de apoyar a los viticultores que trabajan para mantener vivas las tradiciones vitivinícolas de sus regiones. La batalla por la Tintilla de Rota es, en última instancia, una lucha por la identidad cultural y el futuro de la viticultura en Andalucía.