La reciente aprobación de la nueva ley antitabaco en España ha desatado un torrente de críticas por parte del sector de la hostelería. Esta normativa, que prohíbe fumar en las terrazas de bares, restaurantes y otros espacios públicos, ha sido calificada como un “despropósito” por muchos empresarios del sector, quienes argumentan que la medida no solo afecta su negocio, sino que también ignora la realidad de la convivencia pacífica entre fumadores y no fumadores en estos espacios al aire libre.
La ley, que fue aprobada por el Consejo de Ministros, establece que no se podrá fumar ni vapear en las terrazas de los establecimientos, una decisión que ha generado un profundo malestar entre los hosteleros. José Luis Álvarez Almeida, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería de España, ha expresado su preocupación, señalando que esta medida va en contra de los intereses de los hosteleros y no del tabaco en sí. Según él, la convivencia en las terrazas es generalmente respetuosa, y muchos fumadores son conscientes de no incomodar a quienes no fuman.
### La Incongruencia de la Prohibición
Uno de los puntos más controvertidos de la nueva ley es la incongruencia que presenta. Mientras que un cliente no podrá fumar en la terraza, sí podrá levantarse y alejarse unos metros para encender un cigarrillo. Esta situación plantea interrogantes sobre la efectividad de la ley y su capacidad para realmente reducir el consumo de tabaco en espacios públicos. Álvarez Almeida ha cuestionado: “¿Y ese cigarro dónde se va a tirar?” Esta reflexión pone de manifiesto las contradicciones que surgen de la normativa, que parece más una medida de control que una solución efectiva al problema del tabaquismo.
Además, la ley también incluye restricciones para los menores, prohibiendo que fumen o vapear, con multas que recaerán sobre sus padres. Este aspecto ha generado un debate adicional sobre la responsabilidad de los adultos en la educación de los jóvenes respecto al consumo de tabaco.
Los hosteleros también han advertido que esta ley podría tener un impacto negativo en el turismo. Con la prohibición de fumar en terrazas, España podría perder su atractivo para ciertos turistas que buscan disfrutar de una experiencia al aire libre en un ambiente relajado. Álvarez Almeida ha señalado que solo un país en Europa, Suecia, ha implementado una prohibición total similar, lo que plantea la pregunta de si España se convertirá en el segundo país en adoptar una medida tan restrictiva.
### Falta de Diálogo y Colaboración
Otro aspecto que ha generado descontento entre los hosteleros es la falta de diálogo por parte del Gobierno. Según Álvarez Almeida, las autoridades no han consultado al sector antes de implementar estas medidas, lo que ha llevado a una sensación de imposición. “Les gusta prohibir y sin diálogo”, ha afirmado, subrayando la necesidad de mantener la libertad de los establecimientos para decidir si permiten o no fumar en sus terrazas.
La crítica se extiende también a la responsabilidad que se impone a los hosteleros de actuar como vigilantes del cumplimiento de la ley. Muchos empresarios consideran que esta tarea no debería recaer sobre ellos, ya que su función principal es ofrecer un servicio y no actuar como agentes de control del tabaquismo. La falta de apoyo y recursos por parte del Gobierno para ayudar a los hosteleros a adaptarse a esta nueva normativa ha sido otro punto de controversia.
Desde la oposición, se ha señalado que la ley deja a los hosteleros con la carga de implementar cambios sin ofrecerles la ayuda necesaria para afrontar las consecuencias económicas que podrían derivarse de esta prohibición. La falta de diálogo y la imposición de medidas sin considerar las opiniones del sector han llevado a muchos a cuestionar la efectividad y la justicia de la nueva ley antitabaco.
En resumen, la nueva ley antitabaco en España ha generado un intenso debate sobre la convivencia entre fumadores y no fumadores, la responsabilidad del sector de la hostelería y la necesidad de un diálogo constructivo entre el Gobierno y los empresarios. A medida que la normativa entra en vigor, será crucial observar cómo se desarrollan los acontecimientos y cómo se adaptan tanto los hosteleros como los consumidores a estas nuevas restricciones.