Andalucía, una de las comunidades autónomas más importantes de España, se enfrenta a un panorama económico que, aunque muestra signos de crecimiento, también presenta desafíos significativos. Según el último informe del Observatorio Económico de Andalucía (OEA), se prevé que la región mantenga un ritmo de crecimiento superior al promedio nacional, con una tasa estimada del 2,6% para 2025. Sin embargo, se anticipa una desaceleración en 2026, donde el crecimiento podría moderarse hasta el 1,9%. Este artículo explora las proyecciones económicas, los sectores clave y los retos que enfrenta Andalucía en su camino hacia el futuro.
**Crecimiento Económico y Sectores Clave**
El informe presentado por el OEA destaca que la demanda interna seguirá siendo el motor principal de la economía andaluza. El consumo privado, respaldado por la mejora en el mercado laboral y un entorno favorable para la inversión, se perfila como un factor crucial para el crecimiento. En particular, el sector industrial ha mostrado un dinamismo notable, impulsado por la confianza empresarial y los fondos europeos destinados a la digitalización y la transición ecológica.
El sector servicios, que incluye actividades profesionales, artísticas y de comunicaciones, continúa liderando la actividad económica en la región. A pesar de un inicio de año más débil en el turismo, se espera un cierre favorable, aunque menos intenso que en 2024. La construcción también mantiene su impulso, con un crecimiento estimado del 2,4%. Sin embargo, el OEA advierte sobre el deterioro del contexto internacional, que podría impactar negativamente en el sector exterior, especialmente en ramas estratégicas como el agroalimentario y la industria manufacturera.
El Indicador Sintético de Actividad de Andalucía (IOEA) ha registrado un aumento del 0,7% intertrimestral en el segundo trimestre de 2025, consolidando así una tendencia expansiva. Este crecimiento interanual del 3,0% refleja la capacidad de la economía regional para sortear dificultades coyunturales, como condiciones climatológicas adversas y la incertidumbre geopolítica. La evolución positiva en sectores menos dependientes del contexto internacional ha permitido a Andalucía mantener un diferencial de crecimiento sólido.
**Desafíos en el Mercado Exterior y la Inflación**
A pesar de las proyecciones optimistas, el sector exterior se presenta como un punto débil en la economía andaluza. Las exportaciones han disminuido un 5% interanual, en contraste con el crecimiento del 2,4% a nivel nacional. Factores como los aranceles impuestos por Estados Unidos han reducido las compras de productos andaluces, mientras que mercados emergentes como Argelia han mostrado un crecimiento. Esta situación resalta la necesidad de diversificar mercados y reforzar la presencia en destinos alternativos.
En cuanto a la inflación, Andalucía ha experimentado un ligero repunte, con un IPC del 2,7% en julio, alineándose con la media nacional. La inflación subyacente se ha mantenido estable, lo que indica un entorno de precios bajo control. Sin embargo, la volatilidad de los precios energéticos y el aumento en los costos de alimentos y bebidas no alcohólicas son preocupaciones que podrían afectar el poder adquisitivo de los ciudadanos.
El mercado laboral andaluz ha mostrado un dinamismo notable, con un crecimiento del 2% en el número de ocupados, alcanzando los 3,54 millones de personas. La creación de 70.600 empleos netos en el segundo trimestre de 2025 ha contribuido a reducir la tasa de desempleo al 14,9%. Sin embargo, la agricultura ha sufrido pérdidas significativas debido a la finalización de campañas estacionales, lo que plantea un desafío para la estabilidad del empleo en este sector.
La mejora en la estabilidad laboral es un aspecto positivo, con un aumento en el número de empleos indefinidos y temporales. Sin embargo, la diferencia en los salarios pactados en convenio, que han crecido un 2,79% en julio, en comparación con el 3,46% nacional, podría limitar temporalmente el poder adquisitivo de los trabajadores andaluces.
En resumen, Andalucía se encuentra en una encrucijada económica. Si bien las proyecciones de crecimiento son alentadoras, la región debe enfrentar desafíos significativos en el ámbito del comercio exterior, la inflación y el mercado laboral. La diversificación de mercados, la inversión en sectores estratégicos y la atención a las condiciones del mercado laboral serán fundamentales para asegurar un futuro próspero para la comunidad autónoma.