La reciente propuesta presentada por Vox en la Asamblea de Ceuta, que aboga por aumentar los recursos de seguridad en la frontera con Marruecos, ha generado un intenso debate entre las diferentes formaciones políticas de la ciudad. La propuesta, que se enmarca dentro de un contexto de preocupación por la migración y la seguridad, fue rechazada por todos los grupos presentes en la Asamblea, incluyendo el voto en contra del diputado Carlos Verdejo, quien ha roto la disciplina de voto de su partido.
La intervención del portavoz de Vox, Juan Sergio Redondo, destacó la importancia estratégica de Ceuta como uno de los puntos más críticos de la frontera sur de Europa. Según Redondo, la ciudad se encuentra en un estado de alerta constante debido a los intentos de asalto al perímetro fronterizo, lo que ha llevado a una situación de colapso en la gestión de la seguridad. “La ciudad está colapsada y eso no lo dice solo Vox, lo dice el propio presidente de la Ciudad”, afirmó Redondo, haciendo referencia a las declaraciones del presidente sobre la necesidad de más recursos para hacer frente a la situación.
En su propuesta, Vox solicitó al Estado que se mejorara el sistema de vigilancia marítima, argumentando que es esencial incrementar los recursos humanos y materiales para detectar y controlar las entradas irregulares por vía marítima. La formación también propuso la dotación de drones y mejoras en el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) para hacer frente a lo que consideran un “efecto llamada” que ha incrementado la llegada de inmigrantes a la ciudad.
Sin embargo, la respuesta de otros partidos fue contundente. Fatima Hamed, de MDyC, criticó a Vox por no abordar el drama humanitario que representa la migración, defendiendo a los agentes que arriesgan sus vidas para salvar a otros. Por su parte, Sebastián Guerrero del PSOE calificó la propuesta de Vox como “tremendista” y alejada de la realidad, recordando que Ceuta cuenta con un número histórico de efectivos policiales.
El consejero de Gobernación, Alberto Gaitán, también se pronunció sobre la necesidad de reforzar la presencia del Estado en diversas áreas, incluyendo la seguridad. Gaitán destacó la importancia de la creación de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC), que contará con 30 agentes, como un paso positivo hacia la mejora de la seguridad en la ciudad. Sin embargo, enfatizó que no corresponde a la Asamblea determinar qué unidades son necesarias, sino asegurar que las fuerzas de seguridad cuenten con los medios adecuados para desempeñar su labor.
El debate se intensificó en torno a la idea de que los mensajes alarmistas pueden tener un efecto negativo en la percepción de la seguridad en Ceuta. Desde la Asamblea, se aboga por una colaboración más estrecha con Marruecos en materia migratoria, argumentando que es fundamental evitar discursos que siembren dudas sobre la seguridad de la ciudad. Gaitán subrayó que es crucial combatir la narrativa de que Ceuta está “abandonada” o “navegando a la deriva”, ya que esto podría llevar a una fuga de población y a un deterioro de la imagen de la ciudad.
En cuanto a la cuestión de los menores no acompañados, Gaitán rechazó la afirmación de Vox sobre el efecto llamada, señalando que desde la implementación de un real decreto que facilita el traslado de menores, su número ha disminuido en un 15%. Esta cifra, según el consejero, demuestra que las políticas adoptadas están teniendo un impacto positivo en la gestión de la migración en la ciudad.
El rechazo a la propuesta de Vox refleja una división clara en la política local sobre cómo abordar la compleja cuestión de la migración y la seguridad en Ceuta. Mientras que Vox insiste en la necesidad de medidas más drásticas y un enfoque más militarizado, otros partidos abogan por una gestión más humanitaria y colaborativa, que reconozca la realidad del fenómeno migratorio y busque soluciones sostenibles a largo plazo.
La situación en Ceuta es un microcosmos de los desafíos que enfrenta Europa en su conjunto en relación con la migración y la seguridad. La ciudad, como puerta de entrada a Europa desde África, se encuentra en el centro de un debate más amplio sobre cómo equilibrar la seguridad nacional con los derechos humanos y la dignidad de las personas que buscan refugio. A medida que las tensiones continúan, será crucial que los líderes políticos encuentren un camino que no solo aborde las preocupaciones de seguridad, sino que también reconozca la humanidad de aquellos que cruzan la frontera en busca de una vida mejor.
