Las consecuencias de desastres naturales pueden ser devastadoras no solo en el ámbito físico, sino también en el emocional. En Valencia, tras las riadas que afectaron a varias localidades en octubre de 2024, más de 5.500 personas han recibido apoyo psicológico para ayudarles a superar las secuelas emocionales de esta catástrofe. Este esfuerzo ha sido posible gracias a la colaboración entre la Fundación Mutua Madrileña y el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana (COPCV), quienes han implementado un programa integral de atención psicológica.
El programa, que se inició a principios de 2025, ha estado diseñado para ofrecer terapia tanto individual como grupal a los afectados. Con la participación de cerca de medio centenar de profesionales, se han llevado a cabo 1.864 intervenciones individuales y 296 terapias grupales en trece municipios. Este enfoque ha permitido atender las necesidades específicas de cada localidad, adaptando las intervenciones a las características de los damnificados.
### La Importancia de la Atención Psicológica
La atención psicológica en situaciones de crisis es fundamental para evitar la cronificación del daño emocional. Según los datos recopilados por el programa, el 72% de los atendidos presentaba alteraciones emocionales significativas, como tristeza prolongada, desesperanza o agitación. Además, el 90% de los afectados había manifestado síntomas físicos relacionados con su malestar emocional, como dolores, problemas de sueño o trastornos de la alimentación.
El decano del COPCV, Francisco Santolaya, ha destacado la importancia de la intervención psicológica en la gestión del shock inicial y en el manejo de las emociones que surgen tras un evento traumático. La atención a los colectivos más vulnerables, como los mayores, los niños y las personas con movilidad reducida o enfermedades mentales previas, ha sido una prioridad en este programa. Esto no solo ha permitido ofrecer un apoyo más efectivo, sino que también ha contribuido a crear un marco de buenas prácticas y protocolos de intervención que podrán ser aplicados en futuras emergencias.
La Fundación Mutua Madrileña, a través de su director general, Lorenzo Cooklin, ha reafirmado su compromiso con la salud mental, señalando que esta iniciativa ha sido crucial para ayudar a muchas personas a recuperar su equilibrio emocional y afrontar el futuro con mayor fortaleza. Este tipo de programas no solo abordan las necesidades inmediatas de los afectados, sino que también fomentan una cultura de prevención y preparación ante desastres, lo cual es esencial para mitigar el impacto emocional de futuras crisis.
### Estrategias de Intervención y Resultados
El enfoque del programa ha sido integral, combinando diferentes estrategias de intervención para abordar las diversas necesidades de los afectados. Se han realizado talleres adaptados a las características de cada localidad, así como reuniones de coordinación con técnicos municipales para asegurar que la atención se ajuste a las realidades locales. Este trabajo colaborativo ha permitido una respuesta más ágil y efectiva, facilitando la integración de los servicios psicológicos en el contexto comunitario.
Los resultados obtenidos hasta ahora son alentadores. La atención psicológica ha permitido a muchos afectados comenzar a procesar su experiencia traumática y desarrollar herramientas para manejar sus emociones. La creación de grupos de apoyo ha sido especialmente beneficiosa, ya que ha proporcionado un espacio seguro donde los damnificados pueden compartir sus experiencias y sentirse comprendidos. Este tipo de interacción social es fundamental para la recuperación emocional, ya que ayuda a reducir el aislamiento y la sensación de soledad que a menudo acompaña a las experiencias traumáticas.
Además, el programa ha servido para sensibilizar a la población sobre la importancia de la salud mental en situaciones de crisis. La visibilidad que ha ganado este tema en la comunidad ha contribuido a desestigmatizar la búsqueda de ayuda psicológica, alentando a más personas a acudir a profesionales en momentos de necesidad. Este cambio cultural es esencial para construir comunidades más resilientes y preparadas para enfrentar futuros desafíos.
En resumen, el programa de atención psicológica implementado en Valencia tras las riadas de 2024 es un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones puede generar un impacto positivo en la vida de las personas afectadas por desastres naturales. La atención a la salud mental debe ser una prioridad en la gestión de emergencias, y este tipo de iniciativas son fundamentales para garantizar que los damnificados reciban el apoyo que necesitan para sanar y reconstruir sus vidas.
